Viaje a Cabo Norte - Día 27 y 28




Día 27 - (5 de julio)

Varsovia - Cracovia

420 km - 4´5H


El despertador suena a las 6 de la mañana, bajamos a desayunar apenas media hora después. La razón de madrugar hoy era porque Ana tenía que volver para casa, a ella, desgraciadamente se le acababan hoy las vacaciones.

A las 10:20H era cuando salía su vuelo del aeropuerto de Modlin, situado a unos 25 kilómetros al norte de Varsovia. Unas dos horas antes de esa hora ya estábamos en el aeropuerto. Como cuando la recogí varias semanas atrás Ana se llevo parte del equipaje, lo que supuso de nuevo reorganizar las maletas de la moto.

Esperé con ella un rato en el aeropuerto. Una hora antes de la salida de su vuelo, y tras la despedida, me vuelvo para el hotel para recoger mis cosas y emprender en solitario el regreso a casa.


En el aeropuerto de Modlin, Varsovia.

Vuelo a las 10:20 dirección Madryt.

Salgo del hotel, había quedado con Ana que no dejaría esta ciudad hasta más allá de las 11 de la mañana por si hubiera algún problema con el vuelo y tuviéramos que variar los planes. Por lo que antes de dejar Varsovia me doy un paseo por el famoso Gueto Judío de Varsovia, por parte de lo que queda de este, el gueto lo encontramos en mitad de modernos edificios en mitad de Varsovia.

El Gueto Judío de Varsovia fue el mayor gueto judío establecido por la Alemania nazi en Europa durante el holocausto. Aquí, en el centro de Varsovia, se calcula que fueron confinados unas 400 000 personas. El gueto fue vallado y aislado completamente, y durante los tres años de su existencia los alemanes dejaron morir de frío, hambre y enfermedades a muchos miles de personas. Hay que añadir también deportaciones a campos de concentración y de exterminio, lo que finalmente redujo su población a unas 50 000 personas.


El Museo de la Cultura y de la Ciencia al fondo entre modernos edificios.

Uno de los pocos edificios originales que se conservan del Gueto Judío.

Plaza Grzybowski, parte del Gueto Judío, al fondo, entre los árboles, la Iglesia de Todos los Santos y más al fondo vemos el edificio más alto de Varsovia.

A media mañana, una vez visitado esta parte de Varsovia y después de tener la certeza de que Ana había partido dirección Madrid, era hora de recorrer la distancia de algo más de 300 kilómetros que separan Varsovia de Cracovia, mi siguiente destino del viaje.


Algún tramo de autovía.....

y otros de carretera convencional con asfalto impecable.

Pasadas las 4 de la tarde llego a Cracovia con un calor sofocante, no había parado a comer nada y en una gasolinera en la que reposto veo un mostrador de bocadillos, le pido uno al empleado y me empezó a hablar en polaco, muy deprisa y yo lo miraba y no lo entendía, le explicaba que no le había entendido y nada, el muchacho que seguía hablándome en su idioma, no paro hasta que le dije que si, y saco el bocadillo y me lo calentó, se debía de referir a eso, pero, pensaba yo, no le hubiera sido más fácil indicarme con el dedo el horno?, nos hubiéramos ahorrado todo este rato. Total, el resultado, un exquisito bocadillo con queso fundido, me gustó tanto que me comí otro más. 


Entrada a Cracovia.

Después de la comida en la gasolinera me voy a buscar el hotel, había reservado en un Ibis, a varios kilómetros del centro de la ciudad. A estas horas Ana ya estaba en Madrid, su vuelo había ido bien, había tardado menos ella en llegar a Madrid que yo en llegar a Cracovia, ella casi había acabado el viaje y a mi todavía me quedaba, pero bueno.

Tras la ducha, un poco de descanso y de esperar a que la temperatura se suavice, salgo a ver un poco Cracovia, a hacer una pequeña y rápida visita aquella calurosa tarde.

Aparco la moto al final de la calle Karmelicka, justo en frente del Teatro Bagatela, desde allí empiezo a caminar por la peatonal calle Szewska hasta la bonita y famosa Plaza del Mercado.

En esta gran plaza vemos un edificio renacentista en su centro, llamado La Lonja de Paños, edificio del siglo XIII inaugurado como una especie de centro comercial, es sin duda uno de los iconos de la ciudad. Alrededor de este edificio podemos ver la Basílica de Santa María, un templo gótico construido en el siglo XIV. En la plaza también destaca la Torre del Antiguo Ayuntamiento, construida igualmente en el siglo XIV. Esta torre de 70 metros de altura es la única parte que se conserva del antiguo ayuntamiento, y es posible subir hasta lo alto. Casi pasando desapercibida por su pequeño tamaño, también nos encontramos en esta plaza la Iglesia de San Adalberto, construida en el siglo X en el lugar donde San Adalberto predicaba sus sermones.


Calle Szewska.

Basílica de Santa María.

Plaza del Mercado y la estatua de Adam Mickiewicz, poeta polaco. También vemos, en el centro de la foto la pequeña Iglesia de San Adalberto.

Basílica de Santa María.

Al fondo de la calle se ve la Iglesia de San Andrés.

La Lonja de Paños, edificio en el centro de la plaza, dentro hay puestos y pequeñas tiendas. Al lado vemos la Torre del Antiguo Ayuntamiento.

Interior de la Lonja de Paños.

Después del paseo por la plaza y por sus inmediaciones es hora de regresar al hotel, a descansar para continuar el día siguiente con la visita a esta ciudad.





Día 28 - (6 de julio)

Cracovia

176 km - 3H


El plan para hoy era el de después del desayuno ir a la localidad de Oswiecim, ciudad que esta a unos 80 kilómetros de Cracovia a hacer una polémica visita, en esta ciudad es donde esta ubicado el que quizás sea el campo de concentración nazi más conocido en el mundo, Auschwitz.

Así, después del desayuno salgo del hotel sobre las 9 de la mañana para recorrer por autopista de peaje (A4) gran parte de la distancia entre Cracovia y Oswiecim. Muchísimo calor el que me esperaba hoy, como veo en el termómetro de la moto, a las 9 de la mañana había ya 40 grados.


Ahí esta la moto en el parking del hotel.....

Sola no, vaya susto me dio esta R6, estaba detrás y ni se veía desde delante, ni su sombra, que grande es la Varadero.......
40 grados antes de arrancar la moto a las 9 de la mañana.

Autopista A4 dirección Oswiecim.

Después de apenas una hora de camino llego a la ciudad de Oswiecim. Las señales me conducen sin problemas hasta el recinto exterior del campo de concentración de Auschwitz.

Solo con nombrarlo a muchas personas se le encoje el corazón, pero, como he dicho, la visita es polémica y son muchas las personas las que se niegan a visitar ese lugar, pero yo soy de los que piensan que la historia hay que recordarla, conociéndola para evitar que se vuelva a repetir.

Este lugar fue nombrado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad por considerarse uno de los lugares de mayor simbolismo del Holocausto.

No todo en este viaje iban a ser paisajes bonitos, hoy visitaría el que puede ser como uno de los lugares más horribles del mundo.


Recinto exterior del campo de concentración Auschwitz I.

A aparcar la moto y a buscar información sobre como visitar el lugar.




Después de pasar un muy riguroso control de seguridad entro al recinto, en la ventanilla de venta de tickets me dicen que por la mañana solo pueden entrar las visitas guiadas, y que las visitas por libre son a partir de las 15:00. Así que compro una entrada, aproximadamente 10€, y me espero al turno de la visita guiada en español que es a las 12:15.




Entrada a Auschwitz.


Llegada la hora cogemos los auriculares con los que oiremos las explicaciones que nuestra guía nos dará sobre este lugar durante las próximas tres horas que dura la visita, en la que visitaremos dos de los tres principales campos de concentración y de exterminio que había aquí, visitaremos Auschwitz I, que es donde empezamos primero, y, posteriormente, un autobús nos llevará a continuar la visita a Auschwitz II (Bikernau), un gigantesco campo de exterminio en donde murieron más de un millón de personas. Campos que estuvieron operativos desde mayo de 1940 hasta enero de 1945 cuando el ejercito soviético libero el campo. 

El famoso y macabro lema nazi que vemos en la entrada del campo de concentración "arbeit macht frei", que significa "el trabajo libera".

Empezamos la visita en Auschwitz I, un campo de concentración y de mantenimiento de prisioneros como fuerza laboral, no de exterminio, aunque si que murieron muchos miles de prisioneros aquí. 

El lugar efectivamente impresiona mucho, impresiona ver y saber lo que muchas personas sufrieron aquí mismo hace no relativamente muchos años, impresiona saber hasta donde es capaz de llegar el ser humano por sus delirios, la crueldad que podemos llegar a tener y lo abominables que podemos llegar a ser. Quizás la mayor vergüenza de la raza humana.

En este campo de Auschwitz I había generalmente entre 13 000 y 16 000 prisioneros, todos, hombres, mujeres y niños debían trabajar en el campo hasta morir, eran pocos los que sobrevivían varios meses.





Frase demoledora y contundente del filósofo español George Santayana en la que viene a decir "quienes no recuerdan la historia están condenados a revivirla", frase con la que estoy totalmente de acuerdo.

Asusta la cifra de personas deportadas por los nazis, alrededor de 1.300.000 personas, de los cuales 1.100.000 de ellas murieron, el 90% de estas personas, en las cámaras de gas.

Tren lleno de prisioneros ha llegado a Auschwitz Bikernau, los SS Doctors (nazi doctor) preparan la selección.

Las mujeres y los niños en una cola, los hombres en otra antes de empezar la selección.



Cuando llegaban los trenes cargados de prisioneros "nazi doctor" seleccionaba a las personas que servían para trabajar, a los que no, directamente para la cámara de gas. En esta foto lo vemos, en el centro, haciendo la selección, vemos a un anciano con una cacha y como "nazi doctor" señala hacia donde tiene que ir, a la cola del fondo, a la cola de la cámara de gas, condenado a muerte.

Al hacer la selección y para evitar el pánico, todas aquellas personas que se situaban en la cola que iba a la cámara de gas, los nazis les decían que se iban a dar una ducha para asearse, les mandaban dejar sus pertenencias, sus ropas, sus gafas, sus zapatos, todo, lo poco que llevaban consigo los nazis se lo incautaban. Una vez muertos, los nazis les robaban los dientes de oro, y incluso les cortaban el pelo, pelo humano con el que los nazis hacían colchones, almohadas, etc.

Impresiona así mismo ver las cientos de fotos individuales de los prisioneros, fotos colgadas en la pared, donde se indica sus datos, sus nombres, su procedencia, su fecha de llegada al campo y la fecha de la muerte.

Visitamos también el barracón que se utilizaba como prisión, era una prisión dentro de otra prisión, allí juzgaban a los prisioneros que no se portaban como querían los nazis, muy a menudo el castigo era la muerte, en la horca, en el paredón de fusilamiento, de hambre, etc.. Otros tipos de castigo eran meter durante días a personas en una celda tan pequeña que ni se podían sentar, o meter en una celda de un metro cuadrado a cinco prisioneros a la vez, o encerrar a un prisionero y dejarlo morir de hambre.

También eran constantes todo tipo experimentos médicos que los doctores de las SS hacían con prisioneros y prisioneras.


Foto de un grupo de personas, probablemente familia, todos ellos van camino de la cámara de gas.

Nuestra guía, que incluso se emocionaba contando la historia, mostrando un mapa de los principales campos de concentración. Vemos como el campo Auschwitz II Bikernau es gigantesco.

Botes vacíos del gas Zyklon B usados por los nazis en las cámaras de gas.

Todo esto son 2000 kilos, 2 toneladas de cabello humano cortado por los nazis a personas después de matarlas.

Uno de los barracones de Auschwitz I.

Barracones de Auschwitz.

Cuando llegaban los prisioneros al campo de concentración, los nazis les quitaban absolutamente todo lo que llevasen, sus ropas, sus objetos personales. En este campo se conserva una pequeña parte de lo que se les incautó a todas esas personas.


Gafas de prisioneros.

Prótesis de prisioneros.

Utensilios de cocina de los prisioneros.

Zapatos de prisioneros.



Maletas de prisioneros.

Peines y utensilios de aseo de prisioneros.


La cama de los prisioneros recién llegados.

La cama de prisioneros con mejor comportamiento.

Letrinas en el interior de un barracón.







Al final, el paredón de fusilamiento.



Horca original en la que muchos prisioneros fueron ahorcados. En este mismo lugar, un antiguo comandante de las SS de este campo, Rudolf Hoss, fue condenado a muerte y ejecutado aquí en el año 1947. Fue ejecutado en el mismo lugar, y de la misma forma, donde él había mandado ejecutar a muchas personas años atrás.

Entrada a la cámara de gas de Auschwitz I, donde las SS mataron a miles de personas, nos piden hacer la visita en silencio para mostrar respeto a las victimas.

Interior de la cámara de gas, aquí, las SS empezaron a experimentar con el gas Zyklon B. Al ser las pruebas un éxito se decidió construir el campo de concentración Auschwitz II Bikernau con el único objetivo de matar a más y más personas.

Al lado de la cámara de gas, el crematorio para quemar los muertos. 







Impactados por la visita, todo el grupo de españoles salimos de este campo Auschwitz I y nos subimos a un autobús que nos deja, a unos 3 kilómetros, en Auschwitz II, un descomunal campo de exterminio, que para crearlo, los nazis destruyeron 7 pueblos cercanos para usar sus ladrillos y las maderas de sus casas. En este campo, Auschwitz II, podían estar hasta 100 000 prisioneros a la vez.

Hasta este gigantesco campo llegaban trenes constantemente cargados de gente a la que los nazis les habían prometido una vida mejor y un trabajo. Llegaban hacinados en vagones sin ninguna comodidad, al bajar del tren, en el andén, se formaban dos filas, una fila para mujeres y niños y la otra para hombres. Una vez que estaban todos colocados los doctores de las SS empezaban la selección, era cuando "nazi doctor" iniciaba la selección de las personas que consideraba válidas para trabajar, estas personas entraban directamente en el campo de concentración. A las personas que el veía que no eran válidas o con alguna discapacidad, por pequeña que fuera, o simplemente que no les gustase, los mandaba para otra fila, fila que conducía directamente a la cámara de gas.

En el mismo andén donde se realizaba esa macabra selección empezamos la visita a este campo de Auschwitz II Bikernau, al lado de un vagón original que se utilizo para traer personas, como si de ganado se tratase, hasta este lugar.

Este campo de Auschwitz II se construyó por el ansia de los nazis de matar la mayor cantidad de prisioneros. En Auschwitz I podían quemar unos 350 cadáveres al día, llego el momento en que a los nazis les pareció poco y crearon Auschwitz Bikernau, el mayor campo de exterminio de los nazis, en el que podían quemar hasta 4500 cadáveres al día, pero tampoco les era suficiente, y los cadáveres los tenían que sacar para el bosque de al lado del campo para poder quemar más y mas prisioneros.


Auschwitz Bikernau.

Un campo desde fuera inmenso.

Fin del trayecto de los trenes, del viaje que te llevó a miles y miles de personas directamente a la muerte.

Vagón original, que servia para traer prisioneros a este campo de exterminio. En cada uno de estos vagones podían llegar unas 200 personas hacinadas.



Barracones de Auschwitz II.

Una de las cámaras de gas que los nazis destruyeron antes de que el ejercito soviético liberara el campo en 1945.

Crematorio original.

Crematorio destruido por los nazis.

Los nazis intentaron destruir las pruebas antes de la liberación del ejercito soviético, pero no les dio tiempo a destruir todo.

En la fosa que vemos detrás, esta llena de cenizas humanas.



En el interior de los barracones vemos como dormían los prisioneros, completamente hacinados, los más fuertes arriba, los débiles abajo. El porque de este orden era porque había muchas enfermedades, sobre todo diarrea, y a menudo por las noches se despertaban los de abajo porque les caían los excrementos de los de arriba. No se podían abrir las ventanas ni las puertas durante toda la noche y a menudo los nazis levantaban a los prisioneros para realizar con ellos torturas y demás aberraciones.


Aquí dormían, hacinados en tres niveles.

Pila para el aseo común de los prisioneros.



Nadie salió libre de este lugar hasta que fue liberado por el ejercito soviético en 1945, los nazis no solo tenían en el campo a judíos, si no que a toda persona que consideraban inteligentes, profesores, médicos, curas, etc, querían acabar con la inteligencia de los países que ocupaban.

Se calcula que solo hay un 5% de los documentos originales, el resto fue destruido antes de la liberación, lo que da una idea de lo que se ve, y se sabe, es solo una pequeña muestra de lo que paso aquí durante esos casi 5 años.

En fin, una visita muy dura y difícil, pero creo que necesaria y muy recomendable a todo el mundo. Todos deberíamos de ver y saber de primera mano lo que paso aquí, de lo que el ser humano es capaz de llegar a hacer.

Acabada la visita se coge el autobús y de vuelta para el aparcamiento de Auschwitz I donde me encuentro con dos moteros italianos, habían hecho también la visita a este lugar y los cuales se dirigen a Cabo Norte, por casi la misma ruta que yo había hecho al contrario. Tras cambiar impresiones del viaje, me preguntan por el lugar donde estoy alojado en Cracovia y de si merece la pena visitar esa ciudad, yo les digo que si, que es una ciudad muy bonita y merece la pena una visita, por supuesto que si.

Después de comer un par de bocadillos en el mismo aparcamiento me despido de este lugar y me vuelvo para Cracovia, a pasar el resto de la tarde visitando otros puntos de interés de esa hermosa ciudad.


Aparcamiento de Auschwitz.

Los amigos italianos que van camino de Cabo Norte.

Auschwitz II Bikernau.

Exterior del campo de exterminio.



Bonita decoración en el jardín de la casa.

Llego a Cracovia pasadas las 6 de la tarde, es buena hora para después de una refrescante ducha ir de nuevo a visitar otras zonas de esta ciudad, al bajar a la recepción llegan los dos moteros italianos. Allí se quedan instalándose mientras yo me voy a dar una vuelta por Cracovia.


Castillo de Cracovia.

Después me desplazo a unos kilómetros a las afueras de Cracovia a visitar El Montículo Kosciuszko, monumento levantado en 1820, no es que sea espectacular, pero si que es curioso, hasta la parte alta del montículo se puede subir andando subiendo por el camino que va rodeando el montículo hasta la parte superior.

El Montículo Kosciuszko.



Foto de este lugar desde el aire.

Y después de perderme un poco por las afueras de Cracovia, vuelvo al centro a continuar la visita.


Castillo de Cracovia.

Entrada al Castillo de Cracovia.



Un poco de descanso a la orilla del Río Vístula.

Barbacana del siglo XV.

Y ya, casi anocheciendo llego al hotel para cenar y descansar. Cenando en el hotel llegan los dos italianos y les pregunto a ver que tal, si había merecido la pena la visita a Cracovia, me dicen que si, que es una ciudad muy bonita y realmente merece la pena pasar un día aquí.

Después nos vamos a descansar, mañana seguiré el regreso a casa.




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