Viaje a Cabo Norte - Día 18


Día 18 - (26 de junio)

Alta - Honningsvag (Nordkapp)

275 km - 3H


Nos despertamos hoy a las 7:30H sabiendo que podría ser un día inolvidable si finalmente podíamos llegar a nuestro destino, a Cabo Norte. La temperatura fuera de la cabaña, 8 grados, estaba fresco, pero, al menos, no llovía.

Preparamos el desayuno antes de salir de la cabaña, y mientras tanto teníamos que meditar que hacer. Teníamos dos opciones, ya que las previsiones en Cabo Norte para hoy no eran nada buenas, una opción era la de quedar en este lugar un día más, esperando a que el tiempo mejorara, ya que nos habían dicho que al día siguiente el cielo no estaría tan nublado y así poder llegar a Cabo Norte con la menor cantidad de nubes posible, o la otra opción era la de arriesgarnos e ir hacia Cabo Norte y ver como estaba por allí aquella tarde y buscar un alojamiento cerca del destino.

Con las opciones claras, tras meditarlo, la decisión fue la de arrancar la moto cuanto antes y seguir ruta hacia nuestro destino, a la aventura, pero siempre conscientes de que hoy igual no podríamos llegar al destino. Si hoy no se podía llegar a Cabo Norte, podíamos esperar a mañana para visitarlo, era la ventaja de tener unos días extras guardados para posibles imprevistos, y este era uno de esos días. Merecía la pena esperar un día más a las puertas del fin del mundo.


A desayunar....

Nuestra pequeña cabaña, sin lujos.

Alta River Camping.

Pero...., donde están todas las motos que ayer estaban aquí??, si ayer había unas cuantas aquí, esta mañana no hay ni una, somos los últimos en marcharnos.

Justo enfrente del camping se encuentra el Boazo Sámi Siida, una reconstrucción de una aldea Sámi con un restaurante de comida típica Sámi.

Después del desayuno, sobre las 9:00H dejamos el camping y antes de salir de la ciudad de Alta nos dirigimos a la entrada sur de la ciudad, donde ayer, cuando entrábamos en esta ciudad vi que había un museo, y una zona visitable con grabados rupestres. Como tenemos tiempo de sobra volvemos varios kilómetros para ver este museo.


Llegando al Museo de Alta.

El Museo de Alta consta de dos zonas, una interior y otra exterior. Tras comprar los tickets para la visita vemos primeramente la zona exterior aprovechando que no llueve. El museo se sitúa a la orilla del fiordo Altafjorden, en el Mar de Barents. Desde el edificio principal debemos de seguir un sendero que nos va introduciendo en este antiguo asentamiento a través de las distintas zonas, donde, tras una breve caminata empezamos a ver los primeros grabados rupestres. Podemos ver en total unas 3000 imágenes rupestres, unas tienen un pigmento rojizo y otras están  solamente talladas en la propia roca, los grabados están datados entre los años 4200 al 500 a.C. aproximadamente. 


Al fondo el Mar de Barents.































Una vez que hemos visitado la zona exterior del museo, descansamos un poco en el interior del museo que cuenta con una cafetería y zona de descanso. Luego toca el turno de visitar la zona interior del museo, en la cual podremos encontrar una exposición acerca de como era la vida en esta provincia de Finnmark en la antiguedad y otra zona en la que vemos varios de los animales que habitan esta parte del mundo, animales reales disecados.




















Después de pasar un muy buen rato en el Museo de Alta era tiempo para montar en la moto y empezar a recorrer la última ruta del viaje, después de 18 días de viaje apenas nos separaban algo más de dos horas al destino. Salimos de Alta y empezamos a recorrer por la E6, la única carretera que desde aquí nos conduce al norte.


Nordkapp a 240 km.

Mar de Barents.



Grandes rebaños de renos.

Siempre atentos porque son impredecibles y te pueden cruzar la carretera.

Precaución.



Cualquier manera es buena para ir a Cabo Norte.

Casita cerca del fin del mundo.

El cielo se cubre un poco más y se escapan algunas gotas.

Y de vez en cuando vuelve a abrir el cielo, aunque la temperatura es fresquita.

Va quedando menos.

A la izquierda nuestro destino, a la derecha dirección Finlandia y Kirkenes, ciudad fronteriza con el norte de Rusia.

Aquí, en el pequeño pueblo de Leipovuono, a orillas del fiordo Olderfjorden, dejamos la carretera E6 y nos desviamos a la izquierda en el que será el último tramo del viaje hasta el destino. Desde aquí nos separaban menos de 100 kilómetros hasta la localidad de Honningsvag, pequeña localidad próxima a Nordkapp, a unos 30 kilómetros. Desde aquí hasta la citada localidad veremos siempre a la derecha el Mar de Barents bordeándolo por esta preciosa carretera costera, teniendo cuidado al fuerte, y en ocasiones fortísimo, viento reinante en este zona. 


























Ahí esta, os acordáis de la Vespa española que habíamos visto jornadas atrás en una gasolinera?, aquí esta regresando después de alcanzar su objetivo de llegar a Cabo Norte.





Queda menos.








Y así, poco a poco, llegamos a las puertas de la Isla Mageroya, isla en donde, al norte se encuentra Nordkapp. Para llegar a ella hemos de atravesar un largo túnel de casi 7 kilómetros de largo, túnel que comunica Noruega con esta isla por debajo del lecho marino, la mitad de de esos 7 kilómetros es de una fortísima pendiente descendente y la otra mitad es al contrario haciéndote creer que vas a bajar al mismísimo infierno, espectácular. Una vez en el otro extremo casi nos encontramos con la localidad de Honningsvag.


Entrada del túnel que nos dejará en la Isla Mageroya, a escasos kilómetros de Nordkapp.

Honningsvag.

Llegados a Honningsvag pasadas las 3 de la tarde, es hora de buscar un alojamiento, recordé ver, buscando información antes de iniciar el viaje, que a varios kilómetros pasando el aeropuerto dirección Nordkapp había un camping en donde había cabañas para alquilar, y sin perder mucho tiempo nos dirigimos hacia allí. Llegamos y efectivamente, tuvimos mucha suerte, si que había cabañas pequeñas, pero aparte de estas le quedaba una habitación doble disponible con baño completo privado, y cocina comunitaria casi por el mismo precio que la cabaña sin baño. Así que ni nos lo pensamos, por algo más de 60€ alquilamos esta habitación en la que estuvimos genial, tenía de todo excepto tv, pero estando en el fin del mundo, quien se acuerda de querer una tv??. El camping se llama Nordkapp Camping.


Bordeando la costa este de la Isla Mageroya.




Vista desde la habitación de las cabañas disponibles en el camping.

Después de instalarnos en la habitación y descansar un poco, volvemos a Honningsvag para hacer unas compras en el supermercado y regresamos a cenar a la cocina del camping.


Ambiente motero en Cabo Norte, nosotros vamos para Honningsvag y ellos suben a Cabo Norte, a unos 25 km de distancia.

Cenamos tranquilamente en la cocina del camping, sin prisas, asomándonos cada poco para ver el tiempo, aquella tarde llovía esporádicamente y estaba muy nublado por lo que ni nos planteábamos la posibilidad de intentar llegar a Cabo Norte aquel día. Ya desde la habitación eran  pasadas las 11 de la noche y vemos como el cielo cambia, las nubes se mueven rápido y da la sensación de que parece que quiere abrir. Cegados por las ganas nos ponemos rápidamente el traje y nos vamos a la moto a emprender el pequeño trayecto que desde aquí nos separaba de Nordkapp, pasadas las 23:30H estamos con la moto arrancada dispuestos a llegar a Cabo Norte, pero la cruda realidad nos hace desistir estando a solo 13 kilómetros del destino. El cielo se cubre por completo en la zona donde se encuentra Nordkapp, la niebla empieza a bajar y decidimos dar la vuelta e internarlo al día siguiente.

Este tramo desde el camping dirección Cabo Norte te da realmente la impresión de estar rodando por el fin del mundo, unos paisajes espectaculares y la soledad de esta carretera hacen de este sitio un lugar espectacular e inolvidable.





















Medianoche, finales de junio y 4 frescos grados. Nordkapp a soló 13 kilómetros, pero aquí damos la vuelta.

De vuelta en la habitación tocaba descansar y esperar a tener más suerte el día siguiente. No intentar llegar hoy a Cabo Norte fue porque mañana tendríamos otra oportunidad y todo el mundo nos había dicho que el tiempo estaría mejor, así que, no nos dolió tanto no poder llegar hoy. Para entrar con la moto a Cabo Norte hay que pagar un peaje y no creía conveniente pagarlo hoy teniendo el día siguiente para hacerlo. 

Así que, nos fuimos a descansar sabiendo que mañana si o si llegaríamos a Cabo Norte.




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