Viaje a Cabo Norte - Día 10






Día 10 - (18 de junio)

Fläm - Olden

224 km - 6H


Despertamos este jueves sobre las 7 de la mañana comprobando que la lluvia todavía seguía cayendo, no había dejado de hacerlo en toda la noche. Como el día anterior, no era una lluvia excesiva, pero si lo suficientemente molesta.

Salimos de la tienda en cuanto la llovizna nos dio una tregua y empezamos a recoger todo el material. La mañana estaba fresca y sobre las 8:20H ya tenemos todo recogido y listo para salir. Pero antes, sin prisa, nos preparamos el desayuno en la cocina del camping, desayunamos tranquilamente, y salimos del camping a las 9:30H.

El primer destino de hoy es la visita al mirador de Stegastein, mirador en donde hay unas vistas espectaculares de este fiordo, pero viendo como esta el día, no tenía claro que pudiéramos ver mucho. De cualquier manera hacía allí nos vamos.

Camping de Fläm.

Hytters (cabañas) en el camping de Fläm.

Seguimos la carretera 50 paralela al fiordo Aurlandsfjord.



Empezamos a ascender.

La carretera de doble sentido es estrecha.

Un poco antes de llegar al mirador Stegastein paramos en otro improvisado mirador. Estuvimos un rato allí, donde coincidimos con dos parejas de portugueses que llegaron en coche. Tras una breve charla y de intercambiar información sobre el viaje y sobre el lugar, ya que como nosotros, ellos también querían, primero llegar al mirador Stegastein, que se encontraba a unos 3 kilómetros de este lugar, y segundo, atravesar la llamada "Carretera de la Nieve". Todos teníamos dudas viendo el clima que teníamos aquí, por lo que paramos a un coche que bajaba y le preguntamos a ver como estaba por arriba. No dijo que estaba nublado, con algo de niebla, pero que ni llovía ni nevaba. Lo que nos animó a continuar el camino.


Primera vista del fiordo de Aurland.

Las nubes poco a poco nos tapan dificultando la visión, al fondo, al final del fiordo, Fläm.

Pero entre nube y nube disfrutamos de unas vistas maravillosas del fiordo.

Seguimos subiendo.



Llegamos al mirador Stegastein. Un mirador construido en madera laminada y acero, sobresale 30 metros y esta situado a 650 metros de altura, ofrece vistas espectaculares de este fiordo.


Mirador Stegastein.
Lo bueno es que apenas paró gente el rato que estuvimos allí.










Después de un rato en este mirador seguimos la carretera dirección Laerdal, quería atravesar la Carretera Aurlandsfjellet, o "la carretera de la nieve". Un tramo de carretera de unos 47 kilómetros que une las localidades de Aurlandsvagen con Laerdal. Se denomina así porque todo el año, incluso en verano vemos nieve a las orillas de esta carretera turística.

Durante el invierno, cuando no se pueda transitar por esta carretera la comunicación esta asegurada por el Túnel de Laerdal, túnel que transcurre más de mil metros bajo esta carretera y que recorrimos el día anterior en ambos sentidos.

Esperando que no nos lloviese ni nevase salimos del mirador dirección Laerdal, a ver cuanta nieve había a estas alturas del año.


Al poco de empezar y vemos que si que hay nieve.

La temperatura empieza a caer bruscamente.

Cada vez más nieve a las orillas.

Vamos ascendiendo y las paredes de nieve de las orillas son cada vez mayores.







Pues si que hay nieve si....

Y frío. La temperatura, 2 grados.







Atravesando este carretera me venía a la cabeza el pensamiento que todavía nos quedaban más de 2000 kilómetros para llegar a Cabo Norte, este viaje me estaba encantando, y mucho.

Señal casi tapada que indica que nos indica que estamos circulando por una carretera turística.























Los lagos que íbamos viendo por el camino por supuesto, completamente helados.

Esto es desayunar con vistas.

Aquí hay un mirador, pero estaba cubierto completamente por nieve.





La carretera, en algún tramo, literalmente desaparece.



Hemos llegado a la localidad de Laerdal después de haber atravesado la carretera de la nieve comprobando, efectivamente, que había mucha nieve acumulada en ella. En el punto más elevado de esa carretera estábamos a unos 1306 m de altitud y ahora ya estábamos de nuevo a nivel del mar. A la orilla del fiordo Sognefjord, el fiordo más largo y profundo de Noruega, fiordo que debíamos de cruzar en un transbordador para seguir dirección Sogndal.


Orilla del fiordo Sogndaljford, el más largo y profundo de los fiordos noruegos.

Debíamos de cruzar este punto.

Esperando a la llega del transbordador que nos deja en la otra orilla.

Seguimos la carretera 5 vamos dejando Sogndal y su fiordo atrás.



En la carretera 5, antes de llegar a la localidad de Skei, nos encontramos con una maravilla natural justo al lado de la carretera, se trata del Glaciar Boyabreen, en donde, como no, decidimos hacer una parada.

Este glaciar es parte del Glaciar Jostedal, situado en Los Alpes Escandinavos, es el glaciar más grande de Europa continental, y es uno de los varios brazos que conforman esta gigantesca masa helada que es el Glaciar Jostedal.


Acercándonos al Glaciar Boyabreen.



Unas cuantas fotos delante de esta bonita maravilla natural.

Así quedó la foto.









Es aquí donde decimos, aprovechando la parada, almorzar delante de tan espectacular vista. Estando almorzando oímos un fuerte ruido, como un trueno enorme, instintivamente miramos hacia el cielo buscando una posible tormenta, pero ni rastro de nubes amenazantes por los alrededores. Buscando el origen de ese ruido vimos como de una montaña empezaron a caer grandes rocas, sin duda ese ruido había sido provocado, muy posiblemente por una avalancha montaña arriba.

Después de comer seguimos camino hacía la ciudad de Skei, para ello hay que rodear todo el Glaciar Jostedal. Desde Skei seguimos hacia la localidad de Olden, que es por donde quería pasar la noche.









Vista de Byrkjelo y del valle por donde habíamos llegado.

Ascendiendo hacia el paso montañoso de Utvikfjellet, carretera 60.
Desde el alto vemos un nuevo fiordo, el Innviksfjorden.

Bajada rápida hasta llegar a su nivel.

Carretera como vemos muy estrecha.

Bordeando todo ese fiordo llegamos a Olden, donde paramos y vemos a ver las opciones que hay para pasar aquella noche. Yo al día siguiente quería visitar parte del Glaciar Jostedal, por lo que desde Olden nos metimos a la derecha hacia el Briksdalen.

Practicamente a medio camino entre Olden y Briksdalen un camping me hace frenar, el Camping Gryta, a la orilla del Lago Oldevatnet. Me pareció un lugar fantástico para acampar de nuevo, no hacia mala temperatura y creíamos que no llovería hoy.

Paramos y el propietario, muy amable, nos indicó que tenía cabañas disponibles por si queríamos una, pero nosotros decidimos poner de nuevo la tienda, como se había mojado durante la noche anterior en Fläm era buen momento para extenderla de nuevo y dejar que se secase. Este hombre incluso nos aseguró que al día siguiente no llovería. Fueron unos 16€ los que pagamos en total por pasar allí la noche, y allí pusimos la tienda, un lugar que nos encantó.


Carretera entre Olden y Briksdal.











El camping situado a la orilla de un lago, rodeado de montañas y con vistas directas al Glaciar Jostedal, repito que el lugar nos encantó por todo, por ubicación, por trato, por limpieza, el Camping Gryta, un lugar muy recomendable.


Vista desde el camping del Glaciar Jostedal.

Con la casa instalada, era hora de descansar un poco rodeado de una belleza sublime.

Otros seres vivos que convivían con todos en este camping.

Los hytter del camping.

Un lugar idílico para pasar unos días de descanso.

Estando sentados descansando volvimos a oír el mismo tipo de estruendo que habíamos oído un rato antes por el otro lado del glaciar. Como ahora sabíamos lo que era aquel ruido rápidamente buscamos por la montaña que teníamos enfrente y empezamos a ver como una gran cantidad de nieve empezaba a caer, cada vez más cantidad, así estuvo unos segundos hasta que paró, incluso se oía como caía la nieve montaña abajo. Habíamos sido testigos de otra avalancha y lo habíamos visto perfectamente. Algo espectacular.

Avalancha!!!!, aquí vemos como la nieve cae montaña abajo después del estruendo.

Hora de la cena.


Y después de la cena y de disfrutar de un rato de agradable paseo por la orilla del lago nos fuimos a descansar.










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