Viaje a Cabo Norte - Día 17



Día 17 - (25 de junio)

Andenes - Alta

481 km - 8´5H


De nuevo, el despertador sonaba a las 7:00H, pero no hizo falta porque un poco antes ya estábamos despiertos. Desayunamos y pasadas las 8:00H salimos dirección al puerto con la intención de coger a las 8:45H el ferry con destino la Isla de Senja. Llegamos algo más de media hora antes de la salida del ferry y ya había cola de vehículos esperando, entre ellos alguna moto más.

Embarcamos y subimos a las cubiertas para disfrutar de la travesía. Por supuesto que hoy también nos habíamos tomado una biodramina, y más después de la experiencia de ayer

6 grados de temperatura aquella mañana del 25 de junio.

Faro de Andenes, en esta época en obras.

Huesos de la cabeza de una ballena.

Esperando a embarcar en el barco que nos llevará a la Isla de Senja.

Embarcando.

En verano, este ferry conecta esta parte de las Islas Lofoten con la Isla de Senja dos veces por día (mañana y tarde), la duración del trayecto es de unas dos horas y según la publicidad de la compañía del barco es un viaje placentero donde a menudo se ven ballenas. Pero decir que, de placentero nada, como el día anterior, este día también comprobamos la dureza del norte del Mar de Noruega, y, por lo tanto, ni nosotros, ni nadie en el barco vio ninguna ballena, no porque no las hubiese, si no porque todos y cada uno de los que íbamos en el barco nos mareamos y un alto porcentaje de ellos acabaron vomitando. Nosotros, al igual que muchos, nos pasamos el trayecto descansando y sin poder levantarnos del asiento. El mareo era generalizado y el barco se movía muchísimo. El mar solo se calmó cuando estábamos cerca de la costa, al salir y a la llegada.

Antes de las 11:00H estábamos en la ciudad de Gryllefjord. El cielo estaba gris y de vez en cuando caía un poco de agua, la temperatura era de unos frescos 8 grados. Salimos de esta localidad y nos ponemos en marcha por la carretera 86, atravesando toda esta isla.


Llegando a la Isla de Senja.

Últimos ajustes a la moto y todos rumbo a Cabo Norte, cada vez más cerca, Desde aquí a apenas 700 kilómetros.

Saliendo de la ciudad de Gryllefjord.

Carretera 86 atravesando la Isla de Senja.

Bordeando el Mar de Noruega por la carretera 86.



Circulando por esta carretera 86 veo un cartel que me hace parar, es el SenjaTrollet, se trata de un parque temático acerca de las leyendas de cuentos de hadas de esta Isla de Senja y en donde se puede ver el Troll más grande del mundo. Hacemos una parada aquí para verlo y poder sacar unas cuantas fotos de este curioso lugar.






Al fondo el Troll más grande del mundo, con su mujer a su lado.





















Después de la visita a este curioso lugar, seguimos la carretera 86 dirección la localidad de Finnses. A partir de aquí nos empieza a llover con mucha más intensidad y la sensación de frío se acentúa porque la temperatura baja hasta los 6 grados. Así hacemos kilómetros y kilómetros, horas y horas de camino, cuando subimos algún alto siempre aparece la niebla lo que dificulta un poco más la conducción, y si eso no era poco, hay que sumar las frecuentes obras en la carretera que transitamos que hace todavía un poco más complicada la ruta de hoy.


Puente que cruza el Straumsbotn, fiordo en la Isla de Senja.

Carretera 86 camino de Finnsnes.

Ciudad de Finnsnes.

Finnsnes.

Desde Finnsnes seguimos dirección la ciudad de Andselv, sigue lloviendo y la idea era de llegar a la ciudad de Alta, la última ciudad que visitaríamos antes de llegar a Cabo Norte. Seguía lloviendo y paramos a comer un poco tarde y en la marquesina cerrada de un autobús. Desde allí, nos separaban unos 150 kilómetros de Alta, a más de dos horas de camino, camino que recorrimos con lluvia y frío. De camino vimos el primer rebaño de renos de todo el viaje, a un coche que iba delante nuestro le cruzaron y nosotros paramos a hacerles unas fotos.

Parada a comer.

Rebaño de renos.





En torno a las 19:00H, después de todo, llegamos a la ciudad de Alta, con la temperatura de 7 grados, no había parado de llover y decidimos buscar alojamiento. Sin conocer nada de este lugar, nos desviamos unos pocos kilómetros de la ciudad y encontramos un camping a la orilla de un río. Entramos y la verdad es que nos gustó mucho el sitio, el precio de la cabaña era asequible y nos instalamos allí. El camping se llamaba Alta River Camping, muy recomendable.

Tras la ducha caliente tocaba preparar la cena y disfrutar de que estábamos a apenas 250 kilómetros del lejano objetivo de Cabo Norte, la sensación de haberlo conseguido se hacía cada vez más visible. Éramos conscientes de que al día siguiente podríamos ver, sentir y disfrutar de llegar al punto más septentrional de Europa, el fin del mundo estaba cerca. 

Con esa sensación nos acostamos aquel día, esperando y deseando que al día siguiente mejorase el tiempo.

No éramos los únicos moteros que estábamos allí, las cabañas vecinas también estaban ocupadas por moteros de diferentes partes de Europa.
Cena caliente lista.

A dormir contentos porque estábamos a unos 250 km de Cabo Norte, lo que significaba que al día siguiente podríamos alcanzar el principal objetivo del viaje.


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