2014 - Los Alpes en moto - 11º parte





12º Día - 7 de junio de 2014


GUILLESTRE - NIZA (320 km)

De la montaña a la playa.


Hoy decidimos madrugar un poco más de lo habitual, el porque?, porque sabía que hoy deberíamos recorrer unos 300 km, que por estas carreteras no se hacen en un rato y sobre todo porque mi intención era llegar a buena hora a Niza para poder darnos un chapuzón en la playa, si el tiempo lo permitía, que creo que así sería.

El despertador sonó temprano esta mañana, el día como de costumbre prometía, contemplar el amanecer con Los Alpes de fondo es algo sencillamente espectacular.

Desayunamos en la habitación del hotel y cuando salimos nos encontramos con unas 8 motos suizas que habían llegado la noche anterior más tarde que nosotros al hotel, cargamos todo en la moto y entro a pagar la habitación, un hotel que nos encantó, le dije a la recepcionista que me gustaría volver, la zona merece unos días para descubrir algunos de los encantos que esconde. La recepcionista me preguntó hacia donde íbamos, le dije que a Niza, me preguntó a ver si íbamos por el Col de Vars a lo que respondí afirmativamente, intrigado, le pregunté el porque, y me dio un consejo, me advirtió de que tuviera cuidado con las marmotas, que en el Col de Vars estaban locas y cruzaban la carretera sin mirar, sorprendido y, porque no decirlo, un poco incrédulo por el consejo, se lo agradecí y salimos del hotel, en este tiempo alguno de los suizos ya estaban también montando las maletas en sus motos listos para salir de ruta, nos despedimos e iniciamos el camino, eran sobre las 8:00H con un día esplendido.

A las afueras de Guillestre cogimos la carretera D902 dirección el Col de Vars, dejando a la izquierda la Réserve Natural du Val d´Encrins. El Col de Vars es un paso de montaña que suele estar abierto entre mayo y octubre, desde nuestro hotel en Guillestre a la cima nos separan unos 20 km en los que debemos ganar una altitud de más de 1100 m con un desnivel medio del 6% llegando a un máximo del 9% en algún punto. Yo al madrugar pensaba que no habría nadie por la carretera a esa hora, pero nada más lejos de la realidad, vimos muchos ciclistas subiendo este puerto y también motos bajándolo tan temprano, la gente le gusta aprovechar el día todo lo que puede y estando por aquí y viendo todo el espectáculo que te rodea, la verdad es que merecen la pena los madrugones, es más, te faltan horas.

Ascendiendo hacia el Col de Vars, un día magnífico, la ciudad de Guillestre va quedando poco a poco atrás.

Ascendiendo hacia la cima pasamos por el pueblo Vars, me llama la atención unos carteles que veo, hace unos dos meses por las laderas de estas montañas se celebró la tentativa de record del mundo de velocidad sobre skies, una vez en casa indagando sobre esto si que lo encontré y si que se consiguió este record, aquí un vídeo sobre lo sucedido allí un par de meses antes.



Entrada a la ciudad de Vars.

Subida hacia el Col de Vars.

Y al poco rato nos encontrábamos en la cima del Col de Vars, y un poco antes de llegar me acordé de la recepcionista del hotel de esta mañana, tenía razón, un poco antes de alcanzar la cumbre tuvimos la oportunidad de tener contacto con las simpáticas marmotas, las había visto en otros lugares de Los Alpes, pero siempre son esquivas y a la que te ven y te oyen escapan, por aquí no, son menos asustadizas, cuando vimos a la orilla de una charca unas cuantas incluso paramos la moto y a escasos metros les hacíamos fotos y no huían despavoridas.

Poco antes de llegar a la cima, nos encontramos con esto, pero que curioso, nos ha visto, nos ha oído y ni se inmuta.

Que simpática, en esta charca había unas cuantas más.

Por el centro de la imagen se ve otra marmota tranquilamente por mitad de la carretera, justo encima de la "g".

Alto del Col de Vars, como vemos a 2109 m.

Pasado un rato en el alto de este bonito lugar nos pusimos de nuevo rumbo al sur, al descender alguna marmota más por la carretera, si que tenía razón la recepcionista, hay que andar con ojo para no pillarlas, serán tontas.

Al empezar el descenso nos lo advierten, precaución.

Carretera en buen estado, un día perfecto, perfecta compañía y un marco incomparable para rodar aquella mañana de sábado, que más se puede pedir?.

Descendiendo hacia St. Paul sur Ubaye, el color del paisaje es magnífico.

Todavía con más marmotas por la carretera, y nada, algunas ni pitando se quitan, cuando te acercas si que corren despavoridas.

Corren en cualquier dirección, incluso hacia nosotros, pero quítate que te pillamos!!.

Acabando el descenso.

En el pueblo de St. Paul sur Ubaye nos encontramos con un grupo muy numeroso de motos italianas, iban unas 20 de todo tipo y a ritmo alegre, nos integramos en su grupo, seguirán la misma ruta que nosotros?, ya veríamos.  Tras rodar con ellos unos 15 km en el pueblo de Jausiers ellos siguieron recto hacia la ciudad de Barcelonnette y nosotros nos desviamos a la izquierda dirección Nice a través del famoso Col de la Bonette, famoso porque nada más empezar la ascensión ya te lo empiezan a avisar, vas a transitar por la carretera más alta de Europa.

Grupo de moteros italianos al que nos unimos para recorrer unos cuantos kilómetros juntos.

Route de la Bonette, hacia el Col de la Bonette, lo venden como la ruta más alta de Europa, esto a originado mucha controversia, pero sea como fuere, la ruta es magnífica igualmente.

Un poco de historia acerca de este paso de montaña, el Emperador Napoleon III mandó construir este paso en el año 1861 con el fin de unir las ciudades de Niza y Briancon y más de 100 años más tarde este paso es motivo de controversia y polémica, el porque?, por su altura, carretera más alta?, o puerto de montaña o paso más alto?, bien, voy a intentar explicarlo, la cima del Col de la Bonette está a 2802 m, este punto se le conoce como Cime de la Bonette, pero el tope del alto del paso de montaña (carretera asfaltada) propiamente dicho esta a 2715 m, que es el Col de la Bonette, al haber unos cuantos pasos alpinos a mayor altitud que este, por ejemplo el Col de I´Iseran (2770 m) , Passo dello Stelvio (2757 m), o el Col de d´Agnel (2744 m), los responsables de este departamento francés se sacaron de la manga un truco para llegar a esos 2802 m, lo que hicieron fue asfaltar una carretera que parte a la derecha de la cima del paso y que llega a lo alto de la montaña, la Cime de la Bonette rodeándola para así llegar a los 2802 m de altitud y tener ese título como el paso de montaña más alto de Europa. Recordemos que hay otras carreteras o pistas que se elevan a una mayor altitud que esta, por ejemplo y sin salir de España tenemos el Pico Veleta en Sierra Nevada, la cuarta montaña más alta de España, que llega a los 3367 m, pero no esta abierto al tráfico rodado normal, ya que a partir de los 2500 m se necesita un permiso especial del Parque Natural de Sierra Nevada para transitarlo, son carreteras o pistas que llegan a un lugar en concreto, no son un paso que une dos puntos, esa es la diferencia.

Sea como sea, polémicas de títulos aparte, he de decir que el sitio me gusto mucho, desde Jausiers la larga ascensión al Col de la Bonette lleva unos 24 km donde debemos de salvar 1589 m, con un desnivel del 6,6% con rampas que llegan al 9%.

En la primera parte de la ascensión vemos a la derecha el río Ubaye, famoso entre los amantes del rafting. A medida que ascendemos vemos como los arboles van desapareciendo y dan paso a grandes praderas alpinas, a unos 2500 m de altitud vemos a la izquierda con el Lago Essauprés, nos encontramos circulando por el Parc National du Mercantour, a medida que vamos ganando altura el paisaje va cambiando, por un lado vemos como otros picos alpinos se van situando a nuestro nivel y muchos por debajo, el paisaje es espectacular, pero mejor verlo en las fotos, porque mis palabras no harán justicia a la belleza que nos iba rodeando y envolviendo; y por otro lado empezamos a ver nieve a medida que vamos llegando a la cumbre. Antes de llegar a la cima, a 2673 m nos encontramos con el Col de Restefond, allí vemos un edifico abandonado, es el llamado Casernes de Restefond, un antiguo edificio militar ahora abandonado y en ruinas, que ahora es habitado por marmotas, una vez aquí, la cima esta cerca, durante toda la ascensión apenas hay tráfico de coches o caravanas, si que hay bastantes motos y ciclistas.

Primeras rampas del puerto, empezamos a ver a algún ciclista, todavía le quedan más de 20 km de dura subida.

Durante toda la subida nos encontramos con grupos de ciclistas y motos subiendo y bajando, todavía estamos en zona arbolada.

Pero llega un punto en que los arboles desaparecen prácticamente por completo.

Y más tarde casi desaparece hasta la vegetación.

Lago Essauprés, a unos 2500 m de altitud, ya empezamos a ver la nieve que todavía se acumula a estas alturas.

La carretera la mantienen impoluta, de verdad es un gustazo circular por estas carreteras.

Rampa de despegue preparada.

Casernes de Restefond, a 2673 m es antiguo complejo militar, hoy abandonado y hogar de muchas marmotas.

La carretera para llegar a la cima vemos que es de lo más entretenida.

Últimas rampas de subida a este Col de la Bonette.

A lo lejos ya se reconoce el alto del Cime de la Bonette con su inconfundible forma piramidal.

Llegamos al alto, merece la pena una parada y un descanso, hay mucha belleza alrededor que admirar, una de las cosas que hago al llegar a lo alto es comprobar si la carretera que lleva a lo alto del Col esta abierta y vemos que no, esta cerrada, todavía hay nieve. Un rato de descanso allí, aprovechar para comer algo, muchas fotos, un pequeño paseo por el lugar y todo listo para descender camino de Nice.

Alto del Col de la Bonette, detrás de divisan los Alpes Maritimos, y en la foto a la izquierda se ve como la carretera serpentea en gris montaña verde arriba.

Por esa carretera es por donde se llega a la Cime de la Bonette, todavía cortada por nieve, llega a lo alto y bordea la montaña con la única intención de llegar a esos 2802 m de altitud y ser la ruta de montaña más alta de Europa.

Vista panorámica del lado sur del Col de la Bonette.

Vista panorámica del lado norte del Col de la Bonette.

Buen ambiente motero en lo alto, unos siguen su ruta, otros llegan, pero todos nos quedamos alucinados de las vistas.

Motos de todo tipo había, el que diga que con una deportiva no se puede viajar, sinceramente, es que no quiere viajar.


Ana en una de las cimas de Europa.

Estas vistas merecen la pena, verdad?.

Al descender pasamos casi sin darnos cuenta por el Col de Raspaillon, un poco más abajo nos encontramos, a 2261 m de altitud con un pequeño pueblo abandonado del todo, en ruinas, el llamado Le Camp des Fourches, bueno, no era un pueblo en si, si no unas instalaciones militares construidas estratégicamente en 1896 y que constan de 26 casas en donde se alojaban unos 150 soldados, desde hace muchos años estos edificios fueron abandonados y hoy en día se encuentran en ruinas, pero no por ello dejan de llamar la atención de todo el que pasa por allí, la carretera pasa por mitad de ellos.


Al iniciar el descenso debemos de tener precaución a las posibles piedras que se puedan caer rodando de las laderas.

Bonito descenso tenemos por delante camino del Valle de Tinée.

El complejo militar abandonado conocido como Le Camp des Fourches, descendiendo camino del Valle de Tinée a 2261 m de altitud.

La carretera lo atraviesa por completo.

Bonita cascada nos encontramos acabando el descenso, el agua baja con mucha fuerza.

Inicio del puerto desde el lado sur.
Aprovechamos para ver el mapa y decidir la ruta a seguir, todavía es pronto.

Seguimos el descenso hacia la ciudad de St. Étienne de Tinée siguiendo la carretera D 2205, el descenso desde este punto se vuelve más rápido, seguimos el curso del río Tinée por el precioso Valle del Tinée, dejamos a la izquierda el desvío que nos indica que la estación de ski de Isola 2000 se encuentra a 17 km, un buen reclamo, pero lo debería dejar para otra vez, sin duda he apuntado muchas cosas que quedan por ver, desde este desvío nos separan unos 13 km de nuestro próximo destino, St. Sauveur sur Tinée, en esos 13 km y antes de llegar al mencionado pueblo deberíamos de pasar por las Gorges de Valabres.

Bonito paisaje circulando por el Valle de Tinée, todavía con mucha arboleda.


Poco a poco el Valle se va abriendo.


El pueblo de St. Étienne de Tinée.


A pesar de las advertencias no vimos ningún animal salvaje.


A partir de aquí el valle se abre por completo y la carretera se vuelve rapidísima.


Llegando al pequeño pueblo de St. Sauveur sur Tinée nos encontramos con bonitos túneles como este, uno para cada sentido.


Vista desde el otro lado.


Como lo estas pasando?

Avanza el día, en St. Sauveur sur Tinée el calor empieza a ser intenso, y al ver que era un poco pronto aún decido salirme de la ruta establecida, dar un pequeño rodeo para disfrutar la belleza de los Alpes Marítimos, giro a la derecha, sin saber lo que nos encontraríamos, por la carretera D30 dirección el Col de la Couillole, a aproximadamente 16 km. Los primeros kilómetros de este Col la carretera es muy estrecha, yo con las maletas tenía que ir muy pendiente por si me cruzaba con otro vehículo, pero, a pesar de todo, nos gusto mucho este tramo de carretera, pasados unos kilómetros la carretera se abre y antes de llegar al alto de este Col pasamos por un tramo muy bonito. Coronamos el Col de Couillole y sin perder mucho tiempo seguimos camino hacía Beuil, en esta localidad nada más llegar vemos unas cuantas motos, no paramos y seguimos dirección sur a través de las Gorges du Cians, no las conocía y al decidir dar el rodeo un rato antes no sabía lo que me encontraría, pero sin duda acertamos de lleno al hacer este cambio de planes. Este paraje es sencillamente espectacular y alucinante, las Gorges du Cians transcurren a lo largo de unos 20 km y se localizan desde la citada ciudad de Beuil hasta el río Var, al principio nos encontramos con las denomindas Gorges Superiores du Cians, para denominarse Gorges Inferiores du Cians a medida que nos acercamos a su fin llegando al río Var. Como he dicho antes este lugar parece sacado de otro mundo, al poco de iniciar el recorrido una cosa nos llama poderosamente la atención, el color rojizo de la roca que vemos y que habíamos visto antes subiendo el Col de Cauillole, el polvo y tierra que vemos en las cunetas, todo eso nos lleva a recordar el Gran Cañón del Colorado, si unimos eso a la espectacularidad del entorno, donde el color rojizo de la roca se mezcla con el verde de la vegetación, el resultado es sencillamente alucinante, sin palabras para describirlo, en este caso, bueno, como siempre, si que se necesitan ver fotos.

Empezando el ascenso al Col de Couillole desde St. Sauveur sur Tinée.

Carretera estrecha, mucho ojo si baja algún coche un poco pasado de velocidad.

El color rojizo de las rocas empieza a aparecer, a lo lejos, en el alto se puede observar en pequeñito el pueblo de Roubion, hacia allí vamos, cerca de la cima del Col de Couillole.

De vez en cuando nos cruzábamos con alguna que otra moto.

Vista desde el pueblo de Roubion, desde la carretera que vemos en el centro de la imagen tomé las fotos anteriores.

Col de Couillole.

Pueblo de Beuil, inicio del Valle de Cians, donde vamos a descubrir las preciosas Gorges du Cians.

Al salir del pueblo unas cuantas curvas de herradura para encarar el Valle de Cians.

El color rojizo de la roca, muy abundante y característico de esta zona.

Empiezan las denominadas Gorges du Cians, a descubrirlas, a ver que nos encontramos.

Primer contacto con las Gorges du Cians.

La carretera en algunos tramos es un poco estrecha.

Las Gorges du Cians, siempre junto al río Cians.

La carretera es muy bonita.

Viendo el color de estas rocas, inevitablemente nos hace recordar a los paisajes del Gran Cañón del Colorado en EEUU.

Hay que tener precaución, en algunos sitios se acumula gran cantidad de arena de la montaña.

Túneles escavados en la misma roca de la montaña.

Poco a poco las Gorges Superiores du Cians van quedando atrás.

Y este precioso tramo se va acabando, reconozco que fue toda una sorpresa haber rodado por esta zona.

Toda la montaña de color rojizo mezclándose con el verde de la vegetación, el resultado es espectacular.

Se acaban las Gorges Superiores du Cians y con ello se acaba el color rojizo de las montañas.

Descendiendo hacia las Gorges Inferiores du Cians la carretera se ensancha.

Pero también el color del paisaje cambia.

Aunque el color del paisaje cambie, hay que reconocer que también es un paisaje espectacular.

Carretera ancha y mas rápida que kilómetros atrás.

Bonito tramo de carretera.

En Pont du Cians, fin de este tramo de algo más de 20 km, por hay ha transcurrido este espectacular tramo que nos ha encantado.

Una vez hemos recorrido este espectacular tramo de carretera de unos 20 km, como he dicho con anterioridad, y esto es una prueba más de lo que pienso, Los Alpes son una inmensa caja de sorpresas, siempre te pueden sorprender con algo que te dejará con la boca abierta, y en mi caso, otra vez más ha pasado así, no esperaba encontrarme con algo tan bonito como han sido Las Gorges du Cians, y sin quererlo y por casualidad hemos pasado un muy buen rato rodando por este paraje, 100% recomendable.


Ahora, toca seguir el guión preestablecido y rodar hacia la cercana Niza, al haber salido pronto de Guillestre creo que llegaremos a Niza a comer, por lo que con el calor que esta haciendo nos hemos ganado un baño en el mediterráneo, antes debemos desde Pont du Cians continuar por la D 6202 hasta que nos apartamos de esta carretera y seguimos dirección Niza por la D 6102 por el llamado Defilé du Chaudan, desde ahí nos queda Niza a escasos kilómetros.

Siguiendo el curso del Río Var llegaremos a Niza, y así lo íbamos haciendo.

Por el Desfiladero de Chaudan.

Niza esta cerca, antes vemos esta peligrosa forma de remolcar una moto, debería de haberse puesto un cartel en la espalda con el dicho: "por favor, no intentar esto en casa".

Con el calor que esta haciendo, unas cervecitas frías no entrarían bien ni nada.

Llegamos a Niza sobre las 14:20H de la tarde después de una ruta de unas 6 horas, una ruta perfecta, en donde hemos visto un montón de cosas, desde estar en las carreteras más altas de Europa a estar a nivel del mar. Pero Niza nos recibía con un calor de 39º C, un calor asfixiante, y a esta hora todavía no habíamos comido, por lo que la primera prioridad era la de encontrar el hotel, bendito GPS en estos casos, luego descargar todo, una ducha rápida y a comer; decidimos ir a la playa a comer, comprar unas ensaladas, unas cervecitas frescas y a la playa para descansar esa tarde, y así lo hicimos, nos lo habíamos ganado.


Con 39º C llegamos a primera hora de la tarde a Niza, a comer rápidamente y para la playa a refrescarse un poco.

El aeropuerto de Niza, justo al lado de la playa.

Con el calor que hacía, que ganas de refrescarnos....

No esperé mucho a darme un baño, lo agradecí mucho, en Niza la playa es de piedras, no de arena.

Otra forma de disfrutar.

Por la tarde, después del descanso en la playa, decidimos ir a visitar Mónaco, yo ya había estado hace unos años, pero Ana no, así que nos dirigimos costeando hacía el Principado de Mónaco, desde Niza a Mónaco hay poco más de 20 km y varias opciones de carreteras para llegar allí, yo decidí ir por la más cercana a la costa. Esta es la más lenta de todas, hay que atravesar muchos núcleos urbanos y siempre esta atestada de tráfico, pero bueno, no teníamos ninguna prisa, íbamos disfrutando de las vistas del mar mediterráneo.


Bonita carretera la que lleva desde Niza al cercano Principado de Mónaco.

Carretera bordeando la costa, en ocasiones con mucho tráfico y muy lenta porque se ha de pasar algún que otro pueblo.

Bonita playa cerca del Principado.

Al rato ya estábamos en el Principado de Mónaco, prácticamente no te enteras que has cambiado de país, no hay ningún cartel que así lo indique, entras a otro núcleo de población sin más, pero lo que empieza a llamar la atención es que se empezaban a ver superdeportivos por la calles, lo que nos indicaba que efectivamente estábamos allí, supercoches de los que no se ven todos los días y que en este pequeño trozo de terreno a la orilla del mediterráneo parece que los regalan en algún sitio, rápidamente nos situamos en la línea de meta de su famoso circuito urbano de velocidad, hacía 15 días se había celebrado su GP de Formula 1 y todavía quedaba material que recoger.


Después un paseo por el Principado, unas cuantas vueltas a su famoso trazado urbano, la parada casi obligatoria en el puerto y luego al casino, donde estuvimos disfrutando un poco del ambiente de glamour que se respira allí.

Ya a las afueras del Principado se empiezan a ver fieras salvajes muy características de esta zona.

15 días antes se había disputado por estas calles el GP de Formula 1 de Mónaco y todavía había muchos restos del evento, aquí vemos la primera curva del circuito, la curva de Santa Devota, con sus pianos en el asfalto y aún con el cartel publicitario.

El puerto, todo un parking de los megayates más exuberantes.

Las protecciones empleadas para la carrera, amontonadas y listas para guardar para el año siguiente.

Uno de los emblemas del Principado, el Casino de Montecarlo.

Una curva famosa en el mundo de la carreras de coches, la curva más lenta de todos los circuitos de Formula 1, la curva del Gran Hotel, por supuesto el edificio de la derecha es un Hotel, cuanto valdrá una habitación con balcón para el fin de semana de la carrera?.

Entrada al famoso túnel del circuito.

Interior del túnel.

A la salida del túnel hay que frenar fuerte que viene una chicane, a la derecha vemos las protecciones del circuito y los pianos por todo el circuito, algo que esta muy bien como reclamo turístico, en más de un sitio deberían de copiar esto y hacerlo (en mi pueblo, sin ir más lejos), así sabes por donde transcurre, si es que no lo sabes de antemano.

Antes de llegar a la plaza del casino, empezamos a ver a estas preciosas fieras, aquí abundan.

Los hay de todos los colores.

Rugiendo llamando la atención y haciéndose ver.

Puedes ver preciosidades antiguas como este.

Y otros mucho más modernos y de otra raza.

De otros estilos, un estilo más clásico acorde con el entorno, a la puerta del Hotel Paris, uno de los hoteles más lujosos del mundo, al lado del Casino de Montecarlo.

Visto desde detrás.

Este es el coche de una alemán llamado Iron, del "pobre" Iron.

Reflejo del Casino de Montecarlo.

Un precioso Buick Century de 1955 impecable.

Este es una preciosidad por detrás.....

Y por delante.

Este tampoco esta mal.

Después de un rato allí, los ves desde los más modernos......

hasta los más clasicos.

Y por supuesto, de todos los colores.

El Principado donde el lujo no tiene límites.

El Principado de la opulencia.

Yates que valen una inmensa fortuna.

Una bestia sedienta.

Y claro, a la salida del Principado por si te habías quedado con las ganas de uno tienes otro concesionario más, por si te lo quieres (puedes) llevar.

Después de un rato en la puerta del casino viendo todo un desfile de superdeportivos te das cuenta de una cosa, te llegas a sentir como fuera de lugar por completo, yo por lo menos me sentía así, me encanta este tipo de vehículos, como a la mayoría, pero me da la impresión que uno de los deportes nacionales del Principado de Mónaco es sacar el supercoche por la tarde e ir a exhibirlo por las calles, principalmente por las cercanas al casino, para enseñarlo a los babeantes turistas que saben que nunca tendrán uno; calles adyacentes al casino que por otra parte es donde se concentran la mayoría de tiendas de las principales marcas cuyos precios por trapos insignificantes son desorbitados. Todo es un derroche de glamour y de opulencia; a saber lo que cuesta pasar una noche en el Hotel París, situado al lado del casino, o cuanto cuesta amarrar un yate en su puerto, o simplemente, cuanto cuesta uno de esos yates?, al rato de estar un rato allí te haces inevitablemente esas y otras preguntas.

Dando una vuelta por el puerto me ocurrió otra anécdota, veo a lo lejos una cara conocida, me pregunto, no puede ser, y a al acercarme la llamo por su nombre, y si, efectivamente es una prima mía que con su familia nos encontramos allí, no me lo podía creer, casi no nos vemos en La Bañeza y me la encuentro allí, lo que hace que el famoso dicho "el mundo es un pañuelo" cobre sentido.


Después, vuelta de nuevo a Niza, una cena y para la cama que mañana sería otro día de ruta.



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