2016 - Los Alpes en Moto - 5ª parte (Días 11 y 12)


11º día - miércoles 17 de agosto

GNESAU - GNESAU



230 km


Esta mañana de miércoles empezamos a rodar a las 9:30H con unos agradables 16ºC dispuestos a cruzar la cercana frontera con Eslovenia para recorrer el Paso Vrsic, por lo que sin mucho tiempo que perder ya que por la tarde quería recorrer dos carreteras cercanas al hotel donde estábamos pasando estos días.

Pasadas las 10H llegamos a la carretera 109 y cerca del Wurzenpass nos la encontramos cerrada por obras, prohibida la circulación, pero hay un operario al que le preguntan otros usuarios y este nos dice que hasta mínimo mediodía no la abrirán, pero que tampoco nos lo dice asegurando nada. Por lo que, analizando la situación y no teniendo claro que a mediodía la reabran al tráfico decidimos dar media vuelta y dedicar el resto del día a recorrer tranquilamente las carreteras que hubiésemos hecho, o no, aquella tarde, y así de paso no volver a darnos otra "paliza" de kilómetros y tiempo que nos dimos el día anterior, aunque eso creo que nos hubiera dado un poco igual.




Volvemos sobre nuestros pasos hacia la localidad de Villach, en donde a las afueras de la misma se encuentra la primera carretera por la que vamos a rodar hoy, se trata de la Villacher Alpenstrasse. Una bonita carretera, como de costumbre en todas ellas, lo bonito se paga mediante un peaje, y esta así es. El peaje nos cuesta 7€ debido a una rebaja de 3€ que nos hacen por haber comprado ayer el bono para las carreteras que recorrimos ayer. Esta carretera tiene una longitud de unos 16,5 km y que asciende serpenteando montaña arriba debiendo negociar 7 curvas de horquilla y otras 116 curvas de todo tipo, todo eso unido a que nos encontramos con poco tráfico y buen asfalto hace que la conducción sea muy entretenida  y amena. A lo largo del trayecto, circulando a veces entre un espeso bosque hay unos cuantos puntos donde parar y contemplar el paisaje que gana en espectacularidad a medida que vamos ganando altura. Subiendo, mirando a la derecha y cuando los árboles nos dejan, tenemos la visión del entorno de la ciudad de Villach, de las montañas de la región de Carintia y de varios lagos cercanos, y del lado izquierdo, tenemos la impresionante vista de Los Alpes Julianos.






A los pocos kilómetros de empezar a rodar por esta carretera paramos porque vemos algo que, aunque habíamos visto otros, no siempre se ve tan de cerca un trampolín de saltos de esquí. Al parar vemos que hay más gente viéndolo y la sorpresa la llevamos cuando vemos a una joven pareja entrenando en este deporte, para nosotros, poco conocido.






Estamos un rato desde al lado del trampolín dado que un cartel indicaba que no se podía acceder a el, pero la verdad, me pudo la curiosidad, quería ver la perspectiva que desde allí arriba ven estos deportistas, y la verdad, yo no sería capaz de tirarme por allí, es una pasada ver entrenar a esta pareja, tirándose, ahora a la pista de hierva, una y otra vez, llegando a lo alto del trampolín mediante un remonte cercano. Unos valientes.


Esto es lo que ve un saltador de esquí desde lo alto del trampolín.



Lo que nadie puede discutir es la bonita vista que desde este punto tienen los deportistas.


Vi unos cuantos saltos desde esta privilegiada posición, incluso pude grabar uno de ellos




Tras un rato contemplando tan de cerca el entrenamiento de estos jóvenes deportistas, en este complejo deportivo llamado Villacher Alpen Arena, proseguimos el ascenso a lo alto de la montaña Dobratsch, a 2166 m de altura. Sabiendo que tendríamos que descender por el mismo lugar ya que solo hay esta carretera, no nos pararíamos en ningún lugar más hasta el final de la carretera, en el conocido como Rosstratte, a 1733 m de altura, lugar de finalización de esta carretera y en donde hay un gran aparcamiento con un restaurante y un parque de descanso desde el cual se tiene una magnífica vista de todo lo que nos rodea. 


















Apuntar que la carretera si que acaba en este lugar, en el llamado Rosstratte, pero el que quiere puede llegar a la cima del Dobratsch siguiendo un buen y amplio camino no asfaltado que nos deja en la cima de esta montaña, en un paseo de aproximadamente 1,5H se llega a la cima, en donde hay dos pequeña capillas, que son las más altas capillas o iglesias de los Alpes del Este, y también hay en la cima del Dobratsch otro restaurante. Nosotros decidimos descender y hacer alguna parada más para contemplar todo el espectacular paisaje que nos rodeaba. 


Vista de Los Alpes Julianos desde el aparcamiento del Rosstratte.

La primera parada la realizamos a la bajada es en el conocido mirador llamado Rote Wand, en el aparcamiento P6, y este mirador es una pasarela metálica construida sobresaliendo de un enorme acantilado rojo y desde la cual se tiene una espectacular visión de Los Alpes Julianos, situados al otro lado del valle, justo enfrente de este lugar, espectacular vista.


Visión panorámica desde el Rote Wand.

Mirador Rote Wand, a mi espalda, Los Alpes Julianos.

Justo al lado del Mirador Rote Wand hay un jardín alpino donde se pueden contemplar más de 800 diferentes plantas a lo largo de 27 caminos. Después, bajamos parando en algún lugar más para así mismo contemplar y disfrutar de las vistas para el otro lado de esta montaña.




Una vez de nuevo en la localidad de Villach, nos desplazamos unos cuantos, no muchos, kilómetros hasta las inmediaciones del pueblo de Zlan donde nos desviamos para empezar la subida a otra carretera parecida a la que acabábamos de rodar. Esta vez recorreríamos la llamada Goldeck Alpenstrasse.




De nuevo, para poder rodar por esta carretera hay que pagar un peaje, que para las motos es de 7€, tras el peaje la carretera finaliza casi en lo alto de la montaña Goldeck, en donde al final de la carretera hay de nuevo un gran aparcamiento y zonas de descanso.




Esta carretera tiene una distancia de unos 14,5 km con una pendiente máxima del 10% y como las demás de este tipo, solo esta abierta desde mayo a octubre, y cierra todas las noches del año, por lo que ojo si se os hace tarde porque a las 17:00H ya no se permite el acceso a la misma. Durante el ascenso disfrutamos de una conducción relajada y divertida por la cantidad de curvas que hay y por la prácticamente inexistencia de tráfico aquel día en esta carretera, fueron escasos los vehículos que nos cruzamos durante el ascenso, no parando en ningún punto durante todo el ascenso.






Una vez en el aparcamiento Seetal, a 1900 m de altitud, nos encontramos un gran restaurante ahora en total estado de abandono, pero lo que si hay son servicios públicos y paneles informativos de los caminos que desde este lugar empiezan. Dado que era la hora de comer aprovechamos el buen tiempo que hacia y comimos teniendo una vista delante nuestro espectacular. Allí estuvimos un muy buen rato, apenas había gente ese día por lo que estuvimos bastante tranquilos, aunque un poco mosqueados porque de vez en cuando las nubes amenazaban con descargar, no aquí, pero si cerca.

Desde este lugar salen, como he dicho, caminos que entre otros lugares llevan a lo alto de la montaña Goldeck, a 2142 m, pero caminando no es la única forma de llegar a lo alto de esta montaña, ya que desde el pueblo de Spittal an der Drau hay un teleférico que deja a los turistas en la misma cima de esta montaña.






Al fondo, en lo alto, se ve la cima de la montaña Goldeck.





Un buen rato pasamos en este lugar descansando y la verdad es que cuando las nubes daban una tregua, se estaba de maravilla.

Iniciamos el descenso con la tarde casi hecha después de haber descansado un rato largo, pero antes de acabar el descenso había que parar a hacer alguna foto más y disfrutar de las vistas desde diferentes lugares.












Y desde aquí, nos pusimos rumbo al hotel, y si, como habíamos visto durante las últimas horas, y como tenemos bien sabido, las nubes en Los Alpes siempre amenazan, y a veces, no suele quedar solo en una simple amenaza, como así lo volvimos a comprobar aquella tarde, cuando camino del hotel nos volvió a cazar una tormenta, no tan intensa como la del día anterior por la noche, pero que en ocasiones si que caía con fuerza, hasta el punto de tener que parar en un supermercado y casi meter la moto hasta dentro del mismo para resguardarnos, en la misma puerta de entrada al supermercado aparqué la moto aquella tarde hasta que la tormenta amainó, mientras yo espera encima de ella, Ana entró a hacer unas compras aprovechando.


Las nubes amenazaban, y si, no quedó solo en una simple amenaza.

De camino al hotel, bonitas curvas y con un asfalto impecable.

Llegando al hotel y viendo que aun quedaba algo de tarde aprovechable, fuimos a visitar un curioso lugar. Cerca del hotel hay una estación de esquí situada en lo alto de la una montaña. Se llega siguiendo una carretera que sale de la carretera principal 95 y que tras unos pocos kilómetros de ascenso se acaba en la estación de esquí de Falkert, un lugar idílico y muy tranquilo ahora en verano pero que desde luego será todo lo contrario en época de esquí. Allí, en lo alto se encuentra el único parque temático del mundo dedicado únicamente a Heidi, la famosa niña de Los Alpes, el famoso personaje que todos conocemos, y como no podía ser de otra forma, este lugar tenía que estar en un lugar aquí, en Los Alpes. Un lugar que vimos y conocimos de su existencia el primer día que llegamos y el cual no nos hubiese gustado marcharnos sin visitar.






Buenas tardes Pedro, me puedes decir donde puedo encontrar a Heidi?. Si claro, por esa dirección la encontrarás, me respondió.

Y si, Pedro no me engañó y finalmente pudimos encontrar a Heidi.

Heidi con algunos de los personajes de la serie, con el Abuelito, con Pedro, con su cabritilla favorita, Bonita, y con su pedro Niebla.



Un lugar idílico donde, aparte de un bonito lago, incluso están las famosas cabras de Heidi, cabras que pudimos, incluso, alimentar, y un lugar donde no falta nada para ser un lugar apacible e ideal para pasar unos tranquilos días olvidándose de todo, por la tranquilidad que había allí se respiraba, no oyéndose prácticamente ni un ruido.










Las cabras y demás animalitos de Heidi.

Si es que, con que poco se conforman.



Sobre las 18:00H nos retiramos para el hotel después de haber pasado un día tranquilo y aunque con la espina clavada de no haber podido recorrer el Paso Vrsic en Eslovenia, paso que queda pendiente para otro día, aunque mañana tampoco sería el día de atravesar este paso.

Una vez en el hotel, a descansar un poco con unas cervezas en la mano, la cena y a dormir. Al día siguiente más......








12º día - jueves 18 de agosto

GNESAU - ESLOVENIA - GNESAU



406 km


Tras el desayuno y sobre las 9:30H salimos a dirección Eslovenia, este sería el último día que pasaríamos en este hotel y quería pasar este día en el país vecino de Eslovenia. País que se encuentra próximo a la ciudad de Villach, hacia donde nos dirigimos en primer lugar.

Próximo a Villach cogemos la autopista A11 que nos llevará directos a pocos kilómetros de allí a Eslovenia. A las afueras de Villach vemos, en lo alto de un promontorio rocoso de 135 metros de altura, el Castillo de Villach, también llamado Castillo Landskron, castillo cuya visita también debemos dejar para otra ocasión.








El túnel Karawankentunnel de más de 7 km de longitud hace de frontera natural ya que aproximadamente la mitad del túnel pertenece a Austria y la otra mitad esta en territorio de Eslovenia, por lo que cuando salgamos del túnel, de peaje, estaremos ya en Eslovenia, y al igual que en Austria circular por sus autopistas es gratuito, siempre y cuando lleves pegado en el vehículo la viñeta (vignette), la cual compramos y colocamos en la moto en la primera estación de servicio que nos encontramos, el precio, 7,5€ por la viñeta para moto y valida para circular durante 7 días, el mínimo que se puede adquirir.




Tras cumplir con la ley y siguiendo la autopista nos dirigimos al destino de hoy, pasamos de largo la capital de Eslovenia, Liubliana y sin ninguna otra parada, ni siquiera en las ya abandonadas cabinas de peajes, las cuales dejan intuir que hasta no hace muchos años se utilizaban, hoy en día no se para en ellas y los carteles te advierten que en cambio se vigila que lleves pegada la viñeta en el vehículo.

Un rato más tarde llegamos al destino de hoy, a las afueras de la ciudad de Postojna se encuentra uno de los lugares más visitado de este país, se trata de la Cueva de Postoina (Postojnska Jama), una de las cuevas más visitadas y famosas del mundo y cuya parte más bella fue descubierta en el año 1818. Y si, al llegar nos dimos cuenta que debía de ser cierto por la gran cantidad de autobuses y vehículos abarrotando los múltiples parkings que hay en la zona próxima a la cueva.




Al llegar al aparcamiento para motos, gratuito y cercano a la entrada, allí mismo nos cambiamos de ropa y ya estamos dispuestos para empezar la visita al lugar. En primer lugar nos dirigimos a la entrada y efectivamente debe de ser verdad esto de ser uno de los lugares más visitados de Eslovenia porque la cola que había para comprar las entradas parecía infinita, por ejemplo, esta cueva fue visitado en el año 2016 por más de 37 millones de personas.. Ana quedó haciendo la cola y yo me acerqué a ver las opciones de entrada que había, y así, una de las taquillas de venta de entrada para grupos quedó libre y durante unos minutos nadie se acercó, parecía que la taquillera se aburría y sin pensarlo me acerqué aun sabiendo que no me atendería, pero si, muy amablemente me atendió,  le pedí dos tickets y también accedió a dármelos sin preguntar nada más, sorprendido me dejó. Salí a buscar a Ana a la cola y desde allí, con los tickets para la siguiente visita, nos fuimos a dar una vuelta por el lugar para hacer tiempo de ir a la entrada de la cueva.

Apuntar que existen varias opciones de entradas, entrada solo para visitar la cueva, o entradas combinando hasta cuatro visitas en el mismo día, y elegí esta última, dado que pasaríamos en esta zona  el resto del día veríamos primero la Cueva de Postoina, luego el Proteus Vivarium, después la EXPO Postojna Cave Karst y finalmente el Castillo de Predjama.






Poco antes de la hora indicada en el ticket ya estábamos en la cola para entrar en la cueva, de los primeros que llegábamos. Una vez en el interior fuimos los primero que llegamos al tren que nos deja en las entrañas de la tierra, nos pusimos en el primer lugar, y una vez que el tren se llenó empezó su descenso, y hay que seguir las indicaciones de seguridad y esta prohibido levantarse ya que en algún lugar el tren pasa muy justo entre las rocas y nuestras cabezas llegan en algún lugar casi a rozar la roca, por lo que no levantarse si uno no quiere dejar su cabeza allí.




Camino de la parte delantera del tren, el nuestro a la izquierda, para descender a un fantástico mundo subterráneo.

Lo dicho, no era broma, cuidado con la cabeza que el tren no va despacio precisamente.....

Decir que el recorrido en este tren eléctrico dura unos cuantos minutos y recorre descendiendo casi 3 kilómetros de distancia, lo que deja claro la profundidad a la que se encuentra esta maravilla natural. El simple viaje en este tren es todo un regalo para la vista, ya que durante todo el trayecto vemos y disfrutamos de preciosas formaciones geológicas, lo que nos anticipa el espectáculo tan alucinante que nos aguarda en las entrañas de la tierra y que estamos a punto de disfrutar más tranquilamente, una de las salas que atravesamos con el tren es la llamada Sala de Baile, espectacular y gran sala perfectamente iluminada con lámparas de época y en donde hace años era habitual realizar aquí conciertos con bailes por su espectacular belleza. Pero mientras viajamos a las entrañas de la tierra seguimos admirando esculturas naturales pacientemente esculpidas por acción natural desde que prácticamente, el mundo es mundo.

Esta cueva se compone de más de 24 kilómetros de túneles y galerías, pero para la visita turística normal a pie la distancia visitable es de aproximadamente 1,5 km, lo cual tenía miedo por mi pierna de que no aguantara todo el recorrido. Una vez que el tren llega a su andén subterráneo empieza el recorrido visitable a las cuevas, y empezamos la visita a este espectáculo natural.

Como con la entrada cogimos la audioguía, que nos iba explicando las particularidades de cada punto, nos desvinculamos del grupo y prácticamente hicimos todo el recorrido en solitario y a nuestro aíre, pudiendo disfrutar de esta forma, sin prisas, y sin agobios, del recorrido.






















Durante toda la visita vamos caminando pasando de de sala en sala, a cada cual más bella y de distintos tamaños, las hay grandes, y las hay muy grandes, es sencillamente espectacular el universo subterráneo que la tierra esconde en su interior y que tenemos la gran suerte de estar contemplando. Vamos alucinando durante todo el recorrido y como se puede ver en las fotos, no es para menos. 




















Tengo que decir que en los más 1,5 km de paseo subterráneo apenas me cansé como así hubiese ocurrido de haberlo hecho en la superficie, no sé porque la verdad, creo que algo tiene que ver haber hecho el recorrido a nuestro aíre, sin ninguna prisa, disfrutando cada estancia, cada sala, en definitiva, cada rincón de esta cueva, parándonos cuando queríamos a admirar este maravillo mundo subterráneo y haciendo fotos, eso si, sin flash para alterar lo menos posible el entorno.

El fin del paseo por el interior de la cueva acaba en una gran sala, llamada la "Sala de Conciertos" y se llama así porque desde hace muchos años en este lugar se han realizado numerosos conciertos gracias a la magnífica acústica que este lugar tiene, y si se une esta casi perfecta acústica con que en esta sala entran varios miles de personas, el lugar es inmejorable para escuchar y disfrutar del enorme placer de escuchar música en vivo.

Una vez va llegando gente de más grupos se completa el tren y este mismo nos devuelve por el mismo recorrido por el que accedimos, a la entrada de la cueva, al mundo exterior, después de haber visitado una imponente y espectacular maravilla natural, visita la cual recomendamos al 100% a todo el mundo.












Al salir de nuevo a la superficie comimos algo en uno de los numerosos puestos y puntos de restauración de todo tipo que hay en el lugar, en donde también hay muchas tiendas y puestos para comprar toda clase de souvenirs. 

Después de comer vamos a un edificio al lado de donde estamos para continuar con las visitas, con la segunda del día, a visitar el llamado Proteus Vivarium y en donde se pueden ver las distintas clases de fauna que habita esta cueva, vida mucha de ella apenas perceptible para la vista humana, como algunos seres microscópicos, pero si hay un habitante famoso mundialmente en las cuevas de esta parte del mundo, este sin duda alguna es, el conocido con el nombre científico como, Proteus Anguinus, conocido como Proteo, o también conocido como el Pez Humano debido a que su piel es muy parecida a la piel del hombre de raza blanca. 

El proteo es un anfibio, una especie de salamandra albina que suele tener unos 35 cm de largo y llega a vivir hasta un siglo, sin pigmento, y no tiene ojos, fotosensible que vive en el interior de las cuevas en la más absoluta oscuridad, que respira mediante dos branquias que tiene en el exterior de su pequeño cuerpo, y es, en definitiva, un extraño y único animal que, en condiciones adversas puede estar sin ingerir alimento hasta 10 años, y que solo habita en las cuevas de esta parte del mundo.




Contemplar durante un rato a tan fascinante, raro, y único animal, casi en su hábitat natural ya que este lugar se encuentra metido en otra cueva, ha sido otro regalo para la vista. Lo único que no me gustó nada fue la de que, a pesar de que cuando entras te dicen una y más veces que no se puede hacer fotos a este animal con flash porque la luz los podría matar, más de uno parece que le daba igual, y más de una foto con flash le hicieron, y claro, yo no me pude callar y le dediqué a uno alguna palabra que creo que no me entendió, no entendió lo que le dije seguro, pero el porque se lo dije creo que si lo entendió, porque acto seguido las fotos ya eran sin flash.

Tras la visita a este lugar vamos a otro edificio cercano para ver la EXPO Postojna Cave Karst y no es más que una exhibición permanente sobre la cueva, con muchas recreaciones interactivas, mapas, recreaciones de como era la vida en este lugar a lo largo y desde los miles y miles de años de historia, desde nuestros orígenes como humanos, hasta la actualidad y los años más recientes. Así mismo hay en la segunda planta una recreación de objetos encontrados en este lugar de nuestros antepasados así como modelos de animales que miles de años atrás habitaban la tierra y en concreto, este lugar. Y para acabar la visita a este lugar, acabamos con la visita a una gran exposición de mariposas















Las tres visitas a este lugar ya las habíamos hecho, y ahora tocaba coger la moto y recorrer los aproximadamente 9 km que nos separaban del Castillo de Predjama, situado en la localidad del mismo nombre, y que también es una de las atracciones turísticas más visitadas de Eslovenia.

Este castillo se construyó en el siglo XII y esta construido en la boca de una cueva, de ahí le viene el nombre porque "jama" significa cueva en esloveno. Aparte de su construcción en la boca de una cueva el castillo esta construido casi vertical sobre un precipicio de 123 metros de altura. Un lugar que a primera vista y debido a su construcción se antoja como infranqueable, pero que a lo largo de la historia se ha tenido que defender no pudiéndolo conseguir en alguna de ellas.


En los aledaños del Castillo de Predjama, al que vemos al fondo de la foto.

Dejamos la moto en un aparcamientos para motos bastante próximo al castillo y nos dirigimos a su entrada. Visita que ya habíamos dejado pagada con la entrada combinada de las demás atracciones que habíamos visto a lo largo del día. Con la entrada nos dan la audioguía para que podamos escuchar la historia y relatos a medida que vamos visitando cada estancia y sala del castillo.






La sala siguiente a todos llamaba la atención, se llama "Sala de la Justicia" y en ella se ve a un juez sentado, y es entonces cuando la audioguía nos empieza a relatar que en esta sala se juzgaba a los delincuentes y allí mismo este juez dictaba su sentencia, la cual podía ser de todo tipo, hasta la muerte, y para ello en esta misma sala hay una puerta de madera en donde al otro lado no hay nada, solo un pozo de 60 metros de profundidad donde se arrojaba a los culpables de delitos graves. Junto a esta sala están las mazmorras, en donde también se llevaba a prisioneros o delincuentes juzgados para ser encarcelados o torturarlos. 


Este es el juez y en este lugar dictaba sentencia......

Tras esta puerta no hay nada, solo un pozo de 60 metros de profundidad donde arrojaban a los delincuentes juzgados y condenados a muerte.....





Otros delincuentes eran condenados a torturas en las mazmorras del interior del castillo.

Seguimos recorriendo las distintas estancias del castillo donde en muchas se recrea como era la vida en tiempos del medievo.










El perro que guarda el castillo, menos mal que esta atado.....

Como podemos observar el castillo se encuentra en un lugar precioso y es una de las postales más conocidas de Eslovenia.

Sobre las 17:30H hemos acabado la visita a este castillo, visita que el año pasado en mi regreso de Cabo Norte tenía apuntado para visitar, pero al cambiar los planes tuve que posponer, y ahora me alegro mucho de haberlo hecho, porque así lo he podido visitar con Ana, quien también ha disfrutado mucho de este día. 

Pero ahora era hora de emprender el regreso al hotel situado a unos 200 km de este lugar, para lo cual tenemos que volver exactamente por el mismo lugar por donde aquella mañana habíamos llegado aquí.

Nos ponemos en marcha circulando por autopista cuando de nuevo, como en días anteriores, por la tarde, nos sorprende una fuerte tormenta, tormenta que vemos que nos vamos a meter de lleno en ella en un tramo de autopista donde no hay ni puentes donde poder parar la moto y cobijarnos. Lo único que encontré para parar fue un área de descanso pero sin ningún lugar donde resguardarnos de la lluvia, y en donde lo único que pude hacer fue cambiar los guantes de verano por los guantes de gore tex, ir cara a la tormenta e intentar atravesarla lo más rápidamente posible.


Las nubes de nuevo amenazan, y al final, la tormenta nos cazó, es más, íbamos directos hacia ella, y así fue, nos metimos en ella.


Una vez superada el rato de intensa lluvia y tormenta pasados unos 50 km de la Liubliana paro en la turística ciudad de Bled, en donde los estragos de la fuerte tormenta se notaban que habían sido muy recientes, en donde había señales caídas, mucho barro arrastrado de las laderas cercanas, y mucho agua todavía sin achicar por las calles. 

Esta bonita ciudad es otro punto turístico muy visitado de este país, y en donde hay un lago llamado Lago de Bled, y en mitad de este lago hay una isla, llamada igualmente Isla de Bled, en donde hay varias construcciones siendo la más importante una iglesia a la que se accede subiendo 99 escalones. Dominando todo este entorno desde un acantilado de 130 metros de alto se encuentra el Castillo de Bled, castillo visitable y que no podemos visitar por estar fuera de hora de visita, pero es un lugar apuntado para, quien sabe, próximas visitas a este lugar, al que por supuesto nos encantaría volver.


Al fondo, el lo alto del lago, dominando la vista, el Castillo de Bled.

Al fondo se ve, en mitad del lago, la Isla de Bled y en donde sobre sale de entre los árboles el campanario de la iglesia construida en esa isla.

Barcas turísticas en el Lago de Bled.

Lago de Bled, al fondo se ve la Isla de Bled.



Apuntado queda este lugar para volver en otra ocasión con más tiempo, pero ahora debido a que las nubes seguían amenazando y ya habíamos comprobado kilómetros su poder, era hora de volver a salir a la autopista para cruzar la cercana frontera con Austria. Pero a los pocos kilómetros de meternos en la autopista un impresionante atasco nos sorprende y nos atrapa en el interior del mismo, y no es posible avanzar de ninguna manera ya que no hay arcenes para circular por ellos como siempre hago en estos casos, y al carecer de arcenes en ninguno de los lados, no puedo tampoco circular por entre los coches por la anchura al llevar las maletas laterales. Por lo que no quedaba otra que armarnos de paciencia porque la cosa prometía que iba a ir para largo, porque muchos de los ocupantes de los vehículos estaban fuera de los mismos preguntándose que es lo que pasaba para estar allí con los motores parados en mitad de la autopista.

Al poco tiempo oigo una sirena que a duras penas se va abriendo paso entre los vehículos que nos preceden, cuando llega a mi altura lo único que veo es una vía de avance si me sitúo detrás de ella. Se trata de una grúa que arrastra un vehículo y me sitúo detrás de otro vehículo que la precede, de esta forma logro avanzar unos cuantos kilómetros, hasta que la grúa abandona la autopista y me vuelve a dejar en medio del atasco, eso si, unos kilómetros más adelante, pero en el mismo atasco.

Todos los vehículos parados, hasta que la cola empieza a avanzar, pero mucho más despacio que si lo hiciera paso de persona. De esta forma logramos llegar a la frontera eslovena, situada justo antes del túnel y en donde también hay cola, hay cola hasta la misma entrada del túnel, túnel que lo atravesamos a baja velocidad pero fluidamente.

A la salida del túnel el tráfico vuelve a ser denso, pero fluido, lo que nos hace avanzar, ya sin interrupciones hasta nuestro destino en el hotel.










Después de haber soportado creo que el peor atasco de toda mi vida por la dificultad de avanzar, legamos al hotel sobre las 21:00H, hora perfecta para tomar unas cervezas, cenar, preparar y recoger todo porque al día siguiente cambiaríamos de ubicación, y de país...





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