2009 - Los Alpes en moto - 2º parte






6º día - 17 de junio de 2009

Rimini - Venecia


Después de desayunar salimos para recorrer los aproximadamente 200 km que separan la ciudad de Rimini de Venecia, donde pasaríamos la siguiente noche. Hasta el destino de hoy circularíamos por carreteras nacionales italianas, donde en ocasiones nos encontramos con muchísimo tráfico.


Caseta de pesca y "pequeña" red para sacar todos los peces del río.

Después de varias paradas llegamos sobre el mediodía a la ciudad de Mestre, la ciudad más cercana a Venecia, a apenas 5 km, separan ambas ciudades por un puente, llamado Ponte della Libertá. Decidí alojarnos allí por varias razones, el hotel lo conocía, dos años entes había estado allí, por lo que di con él sin problemas, económicamente es mejor que los hoteles en la propia Venecia, aparte, alojarse en Venecia es más engorroso, debes de dejar el vehículo en el parking exterior (de pago) y cargar con todo el equipaje, y la verdad que para una noche, no interesa, al menos para cargar con el equipaje que llevábamos, ni locos.

Llegamos al hotel, nos cambiamos y sin perder tiempo nos dirigimos a Venecia. Donde aprovecharíamos para comer y recorrer sus calles toda la tarde.


Entrada al Puente de la Libertad, apenas a unos kilómetros de Venecia.

Llegamos al gran aparcamiento que hay a la entrada de la ciudad, donde también esta la estación de tren y el puerto marítimo. Dejo la moto aparcada en un aparcamiento de pago por horas (zona azul), por supuesto, no pongo ticket, donde lo voy a poner en la moto?, eso pienso yo, pero no lo debió pensar así el operario en cuestión, que nos dejo una denuncia que la vimos cuando llegamos por la tarde a recoger la moto. Ya me había pasado lo mismo hacia dos años, por lo que intuía que nos pasaría. A día de hoy, no tengo más noticias de ninguna de esas denuncias, que necesidad habrá de denunciar a las motos. Con lo fácil que sería destinar un trozo de aparcamiento exclusivo para motos. Bueno, ellos sabrán, después de estacionar la moto empezamos a dar el paseo por las calles de Venecia, donde es más que recomendable dejarse perder por sus callejuelas. 


Empezamos la visita.

Todo se mueve en barcas en esta ciudad.

Ana buscando una mascara en una de las innumerables tiendas de este tipo que hay.

El Gran Canal desde el famoso Puente de Rialto.

Las ambulancias, por supuesto, acuáticas.

En el Gran Canal siempre hay mucho tráfico, es agradable estar un rato en el Puente de Rialto contemplando el devenir de las embarcaciones.

Para moverse por el interior de Venecia a pie no es la única manera, las góndolas son una opción, pero son un poco caras, la otra opción es usar el Vaporetto, que no es más que un autobús acuático que a través de varías líneas recorre la ciudad, pasan cada pocos minutos. Nosotros hasta el Puente de Rialto desde la entrada llegamos a píe, pero desde este punto hasta la Plaza de San Marcos llegaríamos en Vaporetto.


Esperando a la llegada del vaporetto.

Navegando por el Gran Canal.







En primer término vemos la columna de San Marcos, detrás el bonito Palacio Ducal y al fondo la Basílica de San Marcos.

El Campanario de San Marcos, al lado, en primer termino el edificio de las Nuevas Procuradorías, en los bajos hay varias cafeterías, donde la consumición mínima ronda los 10€.

Bonita entrada a la Basílica de San Marcos.

Edificio de las Antiguas Procuradorías.

Al otro lado de la plaza, el Ala Napoleónica.

Otra vista de la Basílica y parte del Palacio Ducal.

Por cualquier callejuela que vayas te encuentras con góndolas y turistas, miles de ellos.

Basílica di Santa Maria della Salute.

Puente de Rialto.

Contemplando el tráfico por el Gran Canal, la barcaza grande que se ve es un vaporetto.

A través del Puente de la Libertad salimos de Venecia dirección el hotel en Mestre.

Otro día que se acaba, una cena en la ciudad de Mestre y a descansar al hotel. Mañana rumbo al norte, a Los Alpes.




7º día - 18 de junio de 2009

Venecia - Reith bei Seefeld


Tras desayunar emprendemos el viaje hacia al norte, en busca de las montañas que veíamos en la lejanía. El primer destino del día lo teníamos a unos 100 km, el curioso y bonito Passo de San Boldo. Por este paso decidí entrar a la zona de Los Dolomitas.


Camino del Passo San Boldo.

El Passo de San Boldo es un pequeño paso situado en Italia, antes se llamaba Passo Sant´Ubaldo ó Umbaldopass, separa por unos 17 km las localidades de Tovena y Trichiana, en la zona sur de Los Aples (Dolomitas), separando los valles de Mareno y Belluna. A lo largo de esa distancia debemos de pasar por 18 curvas "tornantes" (de horquilla).

Pero lo curioso de este paso lo encontramos llegando a la parte final, cuando delante de nosotros, en lo más estrecho de entre dos montañas vemos como la carretera se eleva introduciéndose en ambas montañas en estrechos túneles, cada uno de esos túneles es una curva de herradura de 180º escavada en la montaña. Para llegar a la cima debemos de atravesar 5 de esos túneles, unidos entre si por 6 puentes. Nos encontramos tres túneles en el lado izquierdo de la subida, y otros dos en el derecho. La carretera dentro de los túneles es estrecha, por eso la circulación es alterna siendo esta regulada por semáforos.

Decir que esta carretera se llama también "carretera de los 100 días" (Road of 100 Days), porque tan solo se tardaron 100 días en su construcción, entre febrero y junio de 1918, el ejercito austrohúngaro mandó construir este paso; en el trabajaban día y noche tanto prisioneros de guerra, como ancianos, mujeres e incluso niños de las poblaciones cercanas; a los hombres se les permitía ausentarse para ir a las tierras a recoger las cosechas.


La bonita parte final del Passo de San Boldo.

En esta foto se aprecian mejor los túneles y los puentes que comunican cada lado.



Los tres túneles del lado izquierdo.

El último túnel, o descendiendo es la 1ª Tornante.



Un buen lugar para contemplar el tráfico de la zona.

Plano de esta curiosa y bonita obra de ingeniería.

Dimos unas cuantas pasadas por este curioso paso, en una de ellas grabamos un vídeo, con una camada de fotos, con no muy buena resolución, pero bueno, se ve.




Tras un rato en este lugar, nos ponemos de nuevo en marcha dirección a la localidad de Belluno, estamos en la bonita región alpina de Los Dolomitas, buena parte de la ruta de hoy sería a través de esta espectacular región alpina.


Carretera SP 635, camino de Sant´Antonio Tortal.

Rodeados de grandes montañas.

Bonitos paisajes alpinos.





El antiguo trampolín para saltos de skí de Cortina d´Amprezzo, trampolín construido para los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados aquí en 1956.

Actualmente esta en desuso, nos lo encontramos a pocos kilómetros antes de llegar a la ciudad de Cortina d´Amprezzo.

Cortina d´Amprezzo, con los deportes de invierno.

En este lugar del Parco Naturale delle Dolomiti D´Amprezzo decidimos hacer la parada para comer un picnic alpino.

Mientras tanto, muchas motos subían y bajaban pasándoselo en grande.

En un entorno fantástico.

Misurina, uno de los lagos de Los Dolomitas.

Lago Dürrensee, otro de los lagos que hay en la región de Los Dolomitas.

Dejando el Lago Dürrensee a la derecha seguimos por la carretera SS 51 dirección Dobbiaco, pero antes, una señal me hace frenar (Nasswand), no sabía de lo que se trataba, pero paramos a ver lo que era.

Se trata de un cementerio de guerra, más en concreto un cementerio de la llamada Gran Guerra, no se llamo 1ª Guerra Mundial hasta que no hubo una segunda.

Paramos para visitar el lugar, el cual se encuentra en la ladera de una montaña, en mitad de un espeso bosque alpino, en este lugar se encuentran enterrados 1259 soldados que combatieron en la 1ª Guerra Mundial y cuya lengua materna no era el alemán.


La señal que me hace frenar

Cementerio de guerra.



Cementerio situado en la ladera de una montaña en mitad de un bosque.

Historia de este cementerio.

1259 soldados descansan en este lugar.

Lo encontramos al lado de la carretera.

Tras esta visita, seguimos camino dirección Dobbiaco donde giramos a la izquierda dirección Brunico.


Un día espectacular para montar en moto, y si encima es en un entorno así, es la perfección.

Carretera E 66, camino de Brunico (Bruneck).

A la orilla de la carretera paramos a probar una espcecialidad de Austria, aunque todavía estamos en Italia, Eis Café, delicioso en Austria, en cualquier sitio.

Rodando por la E 66, camino de Innsbruck.

Toca tomar de nuevo rumbo al norte dirección Innsbruck. Para llegar allí hay dos opciones, una por la autopista A 22 o la otra opción que es por carretera convencional, por la S 12, esta última sería, por supuesto, la elegida, una carretera en perfectas condiciones en la que vamos atravesando, de vez en cuando, pueblos.

La frontera entre Italia y Austria esta situada en el alto del Passo del Brennero, desde allí a Innsbruck son unos 37 km de distancia.


Próximo destino Innsbruck, pero, por carretera convencional, a disfrutar....

Todos conocemos a alguien a quien esta talla de casco le quedaría bien.

Ya en Austria, camino de Innsbruck atravesamos unos cuantos pueblos.

Arquitectura típica austriaca.

Tras un muy buen día de ruta, la torre y trampolín de saltos de skí de Innsbruck a la vista.

Tras llegar a Innsbruck tocaba buscar el lugar donde teníamos reservado un apartamento para las siguientes 4 noches, estaba en el pueblo de Reith bei Seefeld, a unos 12 km al norte de Innsbruck. Lo que paso es que este pueblo es muy pequeño y solo veía señales de Seefeld, a donde nos dirigimos, erróneamente, por supuesto. 

Seefeld es uno de los destinos tiroleses turísticos favoritos de los austriacos, en invierno por el ski y en verano por las muchas rutas de senderismo que hay. Al llegar allí nos dimos cuenta de la cantidad de complejos hoteleros que había, empezamos a buscar y nada, preguntamos a varias personas por el nombre del establecimiento que buscábamos y nada, nadie lo conocía. Era raro, paré en una gasolinera, aproveché para repostar y para comprar la "vignette", valida para circular por autopistas, en Austria se puede comprar dependiendo de los días que la vayas a usar, no como en otros países que la tienes que comprar para el año entero. En la gasolinera aprovecho y pregunto por lo que buscamos, tampoco lo conocen, pero me pide la hoja entera de la reserva y es cuando me explicaron que lo que buscaba estaba a unos kilómetros de allí, en el pueblo de al lado. Había pasado por allí y no lo ví, el cartel que lo indicaba era muy pequeño y la verdad, tampoco me habría fijado porque iba obcecado en Seefeld.

Al final encontramos la casa sin mayor problema, nos instalamos en un cómodo apartamento. Este día lo acabaríamos así, una cena en el apartamento y a descansar, mañana, más.


Consto encontrar el pequeño pueblo, pero ahora a descansar, mañana será otro día.

Continua en la 3ª parte

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