2014 - Los Alpes en moto - 9º parte





10º Día - 5 de junio de 2014


FRIESSO - FRIESSO (253 km)

Día perfecto.


Después del día de perros de ayer, cuando amanecimos esta mañana en la habitación la duda que teníamos era la de saber si el día estaría como lo dejamos ayer, a ver si hay suerte pensaba yo y nos deja disfrutar de una ruta que llevaba queriendo hacer muchos años, era la última oportunidad de realizarla, hoy era el último día aquí. La verdad es que desde la cama, a diferencia del día anterior, no se oía llover, se intuía tranquilidad, será así?, había que salir rápido de dudas, abrimos la ventana de la habitación y sorpresa, un día radiante, sol, excelente temperatura y escasas nubes, el día prometía, ha habido suerte de nuevo, vamos a desayunar rápido, nos espera un intenso día, que ganas de montarme en la moto y rodar hoy.


Después de desayunar, sobre las 9:30H ya estábamos montados en la moto y en marcha, el primer paso, como no, el Paso de San Gotardo de nuevo, subimos por la antigua y adoquinada Val Tremola hasta poco antes de donde estaba cortada donde nos metimos por la carretera nueva hasta prácticamente el alto donde no tenía previsto parar pero es que a diferencia de los días anteriores en lo alto de la vieja Val Tremola se veía que la estaban preparando ya para la temporada veraniega ya que estaban empezando a quitar la enorme cantidad de nieve acumulada allí durante el largo invierno, tras unas fotos sin perder mucho más tiempo descendimos este paso hacia la localidad de Hospendal donde a diferencia del día anterior tomaríamos la carretera que nos llevaría a atravesar el Paso de Furka (Furkapass).

Nada más salir del hotel veo esto, ya los había visto todos estos días de nuestra estancia aquí.

Camino de Airolo, el día, espectacular, la cosa promete.

No me puedo aguantar, subo el Paso de San Gotardo por los adoquines de la antigua Val Tremola hasta donde se puede continuar.

Luego por la carretera nueva.

Todo OK, el día promete, a ver si el clima nos respeta.

Vista del Valle Leventina desde la ascensión al Paso San Gotardo.

Túnel, el primer tramo de túnel es cerrado por completo, luego abierto a la derecha y sujeto por columnas.

Segunda parte del túnel que nos dejará en lo alto de Paso San Gotardo.

Una vez más, foto a la Val Tremola, pero vemos algo que no habíamos visto estos días.

Se trata de trabajadores y máquinas limpiando la inmensa cantidad de nieve acumulada en la zona.

Iniciamos la bajada camino del pueblo de Hospendal.

Bajada similar a la subida, curvas de todo tipo, muy agradable la conducción.

Descenso en ocasiones rápido.

Desde Hospental vamos circulando por el Valle Urserental camino del Furkapass, un valle muy bonito, pasamos la localidad de Realp, en este lugar si se quiere hay un tren que comunica a través de un túnel los dos extremos del Furkapass (Realp - Oberwald), eso en los meses de invierno es una ventaja, pero nosotros lo pasamos y seguimos, al poco de pasar Realp empezamos la ascensión del Furkapass, unas cuantas curvas de horquilla para ir ascendiendo ladera arriba, poco a poco pasamos de estar circulando por el valle a ver el valle desde la altura, desde una altura considerable ya las vistas sobre el valle se vuelven espectaculares. Desde este punto pensamos que la cima estaría cerca, pues no, todavía nos queda otro poco más de ascensión hasta el alto del bonito Furkapass. 


Seguimos la ascensión del Furkapass, a esta altura nos empezamos a encontrar con bastante nieve a las orillas de la carretera. En un punto de esta zona es donde tengo el susto del viaje, os cuento, en una curva veo que hay unas espectaculares vistas de las montañas, le digo a Ana que se baje para tomar unas fotos mías circulando por allí, fotos que veremos más abajo, al dejarla en aquella curva voy un par de curvas más arriba con la intención de dar la vuelta y que me fotografíe bajando, después de la primera curva rodando en solitario en un trozo de recta veo como de la parte derecha de la ladera se empieza a mover un trozo de nieve que se desliza sin control sobre la carretera, para contarlo ahora tardo un rato, pero todo eso pasó en décimas de segundo, sin posible reacción de frenado y camino de mi trazada, el impacto era inminente, me dio un susto tremendo, no tuve tiempo de frenar, pensé que me caería, no veía ni sabía la cantidad de nieve que se venía encima, esquivé como pude la nieve y justo cuando pase por su lado sin apenas tocar la nieve, la mini avalancha paró, pero el susto no me lo quito nadie, al dar la vuelta tuve que descansar unos minutos para recobrar el aliento. Desde aquí a la cima nos separaban pocas curvas.

Vista de inmensos prados con flores, bosques, montaña y una casita que me hace pensar que allí se debe de vivir la mar de bien.

Primeras rampas de subida al Furkapass desde el Valle 

Según vamos ganando altura las vistas sobre el Valle Urserental se hacen más espectaculares.

Otra vista del valle, vemos que la carretera no tiene quitamiedos y poco a poco vamos ascendiendo más y más.

Vamos dejando atrás una bonita carretera.

Del verde inicial de las laderas de las montañas pasamos ya a las nieves de las cumbres.

Estaremos cerca de la cima ya?, al fondo el Valle de Urserental

Vista panorámica de este punto.

Pues no estamos cerca de la cima, todavía queda un trozo.

Juraría que por esta puerta no ha entrado nadie en todo el invierno.

Vista atrás y vemos el valle. Estamos llegando a la cima, otro poco más.

Cualquier moto es perfecta para disfrutar de estas carreteras.

Todo correcto, lo estamos pasando pipa.

Aquí vengo....

Por aquí debería de pasar.....

Aquí estoy.

Trozo de nieve que me dio el susto del viaje.

Alto del Furkapass, espectacular subida.

Ahora toca descender el Furkapass camino del pueblecito de Gletsch, al empezar el descenso veo a la izquierda una explanada grande, se ve que se usa de aparcamiento y de un improvisado mirador natural decido hacer una parada por curiosidad para ver las vistas que ofrece ese lugar. Pues bien, como se ve en las fotos, las vistas son espectaculares desde este punto, podemos ver perfectamente casi la totalidad del descenso del Furkapass y la ascensión del cercano Grimselpass, una maravillosa vista de lo que hace unos 150 años cubría el Glaciar del Ródano, otro punto que merece la pena disfrutarlo sin prisas, nosotros estuvimos un rato contemplando el espectacular paisaje, viendo y oyendo como las motos circulan puerto arriba y abajo. 

Después de estar un rato disfrutando de aquellas vistas continuamos el descenso, no haríamos ninguna parada hasta la cima del Grimselpass, todo el trozo de carretera que veíamos desde el mirador en el que acabamos de estar. A unos tres kilómetros de allí nos encontramos con el mítico Hotel Belvéderé, en frente un gran aparcamiento donde hay una tienda de souvenirs, esta vez la pasamos por alto, mi intención es continuar la carretera hasta la cima del Grimselpass. Llegamos al pueblo de Gletsch, pueblo pequeño, casi abandonado, en el que, principalmente, vemos una estación de tren y un viejo hotel (El Gran Hotel Glacer du Rhone) que, al igual que Hotel Belvéderé del Furkapass, permanece desde principios de siglo pasado y que da fe del elegante ambiente alpino que se respiraba por aquí en aquellos años.


Este pequeño pueblo se encuentra a los pies de las ascensiones de ambos pasos de montaña, después de concluir el descenso del Furkapass rápidamente y sin descanso iniciamos la subida al Grimselpass. Tras una sucesión de curvas de herradura de 180º llegamos al alto de este paso de montaña, no muy elevado, pero si muy frío, paso que permanece cerrado gran parte del año. Lo primero que vemos al llegar a la cima es un lago, como no, a estas alturas del año, prácticamente helado, este lago se llama Totensee, Lago de los Muertos, nombre que deriva de las Guerras Napoleónicas.

Hola.

Podrías pasarte horas sentado aquí, que que estoy viendo?.

La visión desde allí es magnífica, las subidas al Furkapass y a lo lejos la subida al Grimselpass.

Detalle de una de las curvas suspendidas del Furka, estaban trabajando en esa curva, limpiándola y aspirándola.

A lo lejos desde allí se ve casi la totalidad de la subida al Grimselpass.

Merece la pena una parada y un descanso en este lugar.

El panorama que te rodea es sublime.

Vista desde el descenso del Furka, en el centro de la imagen el pequeño pueblo de Gletsch, donde empieza la ascensión al Grimsel, al fondo se ve el Valle de Goms.

La curva suspendida vista desde abajo.

Ascenso al Furkapass.

Descendiendo el Furkapass camino de Gletsch.

Vista del nacimiento del Río Ródano; hace unos 150 años el glaciar cubría toda esa roca y gran parte del valle, hoy en día el glaciar ha retrocedido mucho, esta a la altura del Hotel Belvéderé, que vemos en la foto en pequeño. Así de marcada quedó la montaña cuando el glaciar retrocedió.

Subida al Grimselpass.

El edificio de la derecha es es Gran Hotel Glacer du Rhone, en el pequeño pueblo de Gletsch, al pie de estos dos pasos de montaña, por un lado el Furkapass y por el otro el Grimselpass.

Iniciando la subida al Grimsel.

Vista de la carretera que nos ha traido hasta aquí.

Al fondo la subida al Furkapass desde Gletsch.

Alto de Grimsel.

El llamado Lago de los Muertos, Totensee.

Sin comentarios, la verdad es que no duro mucho, tenía miedo que se deshiciera.

Tras las fotografías y compra de recuerdos (más pegatinas y chocolate) dimos la vuelta sobre lo andado y nos dirigimos de nuevo al Hotel Belvéderé con la intención de hacer una parada allí, parada que se extendió bastante en el tiempo, pero mereció la pena.


En frente de este hotel como comenté con anterioridad hay un amplio aparcamiento y una gran tienda de souvenirs, pero desde la propia tienda puedes acceder, previo pago de 6€ por persona, a la visita del Glaciar del Ródano (Rhonegletscher), donde cada año se escava una cueva visitable en las entrañas del glaciar, una experiencia sin duda muy recomendable. Desde la salida, en la puerta trasera de la tienda de souvenirs hasta el primer mirador del glaciar el camino es bastante bueno, accesible y amplio, desde este mirador se aprecia a la perfección parte de este gran glaciar de 10 km y 17 km cuadrados de superficie, lugar del nacimiento del Río Ródano. Si lo que queremos es descender a los pies del glaciar debemos continuar una estrecha senda durante unos cientos de metros que nos conduce a la entrada de una cueva, en donde literalmente entras a otro mundo, un precioso mundo de hielo, alucinante y espectacular la tonalidad azulada del hielo, estamos en un pequeño espacio dentro del glaciar y viendo lo que estamos viendo no nos podemos hacer la idea de la cantidad de hielo que puede haber en el, espectacular. La cueva en si no se las dimensiones que tendrá, unos 200 metros, es un pasillo que conduce a una sala con una gran columna en el centro, la rodeamos y salimos por donde entramos, durante el trayecto claro que piensas, que pasa si esto se cae?, pero tocas el hielo y ves lo duro que esta, como el hormigón, sin duda, una experiencia muy recomendable a todos, otros de los sitios en el que no teníamos prisa por marcharnos.

Vuelta de nuevo desde el Grimselpass hacia el Hotel Belvéderé en Furkapass.

Otra vez a subir el Furkapass, que sacrificios......

Hay que visitar esta cueva, bueno, esta no que es un reclamo, la verdadera.

Vista del aparcamiento desde la tienda de regalos, por aquí se debe de entrar para visitar la cueva helada.

Un sitio perfecto para meditar.

Vista panorámica del Glaciar Rhonegletscher, aquí nace el Río Ródano.

Unos turistas camino de la cueva, ese es el camino que seguiríamos, a mi ritmo, con calma.

Camino de la cueva de hielo, detrás el Glaciar de Rhonegletscher cubierto de nieve.

Entrada a la cueva, a ver que nos encontramos.

Lo que encontramos aquí dentro es una maravilla de cueva escavada en las entrañas del glaciar. 

Si hay que echar una mano para escavar un poco más, pues nada, se hace, aquí dejo mi contribución a la obra.

De los creadores de Tron.....

Un sitio espectacular, se respira paz y tranquilidad.

El final, una gran sala con una enorme columna en el medio, se rodea y se sale por donde se entró.

Increíble lugar.

A veces sin mucha iluminación, la sensación es extraña, sin apenas luz y allí debajo.......

Pero, siempre hay luz al final del túnel.

Muy bonita la visita a la cueva, nos encanto la experiencia, muy recomendable, casi obligatoria la visita.

Una nueva panorámica del lugar.

La verdad, no teníamos prisa por marchar de este lugar. Hace 150 años el glaciar en el que ahora estábamos se extendía casi por todo el valle que teníamos detrás, casi hasta el pueblo de Gletsch.

Tan contento que incluso daba algún pequeño salto.

Y estando en Suiza, como no iba a comprar una navaja?.

Mítico Hotel Belvéderé.

Después de la agotadora visita al Glaciar del Ródano era hora de comer, por lo que nos preparamos unos bocatas de jamón, aceite y tomate espectaculares, y los comimos sentados en un banco en el mismo aparcamiento de la tienda de regalos, era constante el subir y bajar motos por lo que estábamos entretenidos entre las motos y el paisaje. Estábamos la mar de bien, pero la ruta debía continuar, de nuevo bajamos el Furkapass hasta Gletsch y volvimos a ascender el Grimselpass, carretera abierta en el año 1894, esta vez sin pausa en el alto continuamos el descenso hacia el norte de Suiza, el descenso es un poco más rápido que la subida desde Gletsch, unas cuantas curvas de herradura y nos encontramos con las vistas a un gran lago llamado Grimselsee, donde en un promontorio rocoso se ve un edificio, se trata del hospicio, hoy reconvertido en hotel, hay también una central hidroeléctrica y lo que llama la atención es el color de las aguas de este lago, un color verdoso muy llamativo, la presa que contiene sus aguas fue acabada en el año 1932. Tras una pausa proseguimos el descenso hacia la localidad de Innertkirchen, al poco de dejar esta presa atrás nos encontramos con otra mucho más pequeña, se trata del Lago Räterischsbodensee, no paramos y continuamos el descenso valle abajo hasta la ciudad de Innertkirchen.

Empieza el descenso del Grimsel hacia el norte.

El gran Lago Grimselsee.

Aunque se ve esta pequeña parte del lago, el Grimselsee es muy extenso.

Vista panorámica del Lago Grimselsee, del hospicio y de la presa.

El Hospicio, hoy reconvertido en hotel.

Donde vemos la torre metálica es donde se encuentra el Hospicio.

Otra punto de vista de la presa del Grimselsee, un paisaje que parece increíble.

Vemos como la carretera se abre paso ladera abajo, observamos como hay dos presas que contienen el agua del Grimselsee.

Curvas y carretera en perfecto estado.

Un poco más abajo nos encontramos con otra presa, este lago se llama Röterichsbodensee.

Descendemos valle abajo paralelos al Río Aare.

Valle abajo, con un día espectacular.

Últimas curvas cerradas antes de llegar a la localidad de Innertkirchen.

Previsión para el invierno?, o es que la pared es así?.

Vemos muchas caídas de agua que alimentan el Río Aare.

En la ciudad de Innertkirchen seguimos las indicaciones para cruzar otro gran paso de montaña de la zona, el Sustenpass. Remontando el Valle de Gadmental nos encontraremos en la cima de este paso en unos 30 km, para ello ascenderemos en esta distancia más de 1600 m, con un desnivel medio de casi el 6%. Tanto el camino de ascenso desde aquí, como el de descenso, otros 19 km hacia Wassen es espectacular. En la primera parte del ascenso de este paso tenemos a nuestra izquierda un gran macizo llamado Gadmerflue que, en primera instancia, me recuerda mucho a algún paisaje del Macizo Vercors, visto en Francia días atrás, la ascensión es lenta pero sin pausa, hasta que empezamos a ver las primeras rampas serias, la carretera empieza a transitar por un bonito paisaje de bosques alpinos y vemos como el camino que nos llevará a la cima serpentea ladera arriba para remontar la montaña, se suceden unos cuantos túneles y unos kilómetros antes de la cima a la derecha podemos ver el Glaciar Stein, justo en frente de este glaciar hay un mirador natural, en un pequeño trozo de arcén derecho, apenas entran unos cuantos coches y donde hay un cartelito que nos ofrece información acerca de la maravilla que tenemos ante nosotros, un "pequeño" glaciar, en alemán Steigletscher, según datos de 1973 tenía unos 4 km de longitud y de aproximadamente 6 km cuadrados, como vemos en las fotos el glaciar acaba en un lago que recoge las aguas de su deshielo. Después de un rato admirando este paisaje solo nos quedaban unos pocos kilómetros para la cima.   

Vía libre, todos los pasos de montaña de la zona abiertos.
A la izquierda vemos el Gadmerflue, los altos cubiertos de nubes.

De vez en cuando las nubes nos dejaban apreciar las cimas de este macizo.

La carretera se va abriendo literalmente por entre el bosque.

Bonitos paisajes podemos disfrutar durante la ascensión.

Empezamos a ver que el paisaje cambia.

Numerosos túneles para llegar a la cima del Sustenpass.

El agua fluye libremente montaña abajo y nos podemos encontrar con caídas de agua tan bonitas como esta.

El Glaciar Stein.

El Glaciar Stein al fondo, por aquí es fácil encontrarte con marmotas por las orillas de la carretera, vimos alguna tumbada en las rocas aprovechando el sol. 

Vista de nuevo del túnel que veíamos antes desde el otro lado.

Apenas vemos el Valle Gadmental por donde hemos llegado hasta aquí.

Carretera que lleva a la cima del Sustenpass, a la derecha parte del Glaciar Stein.

Cima del Sustenpass.

Como vemos en la foto superior, en la cima del Sustenpass todavía se acumulaba nieve a las orillas de la carretera, aunque la propia carretera estaba increíblemente limpia. Una vez en la cima pasamos un túnel de unos 300 m que nos deja en el cantón de Uri, desde aquí hasta la localidad de Wassen nos separan unos 19 km en los que descenderemos poco más de 1300 m con un porcentaje medio del 7,5%, la primera parte del descenso es lento pero muy bonito, curvas de herradura y paso por túneles camino del Valle de Meiental, una vez en el valle el descenso se hace mucho más rápido hacia Wassen.

Empezando el descenso desde la cima del Sustenpass hacia el Valle Meiental, que se ve al fondo, de vez en cuando alguna marmota se veía asomar por el guardarrail, pero rápidamente desaparecían.

La inscripción en la roca indica que nos encontramos en el cantón suizo de Uri.

Vista de parte de la bajada hacia Wassen.

El Valle Meiental, la carretera se vuelve más rápida y menos retorcida.


Llegando a la localidad de Wassen.

El bonito día de hoy va llegando al fin, pero todavía nos quedan cosas que ver, en la pequeña localidad de Wassen podemos optar por pasar el paso San Gotardo por debajo de la montaña a través del famoso y cercano túnel de San Gottardo, pero de momento no quise hacerlo así, quería llegar a la ciudad de Andermatt atravesando la preciosa Garganta de Schöllenen, donde quería ver el llamado Puente del Diablo (Teufelsbrücke). Según cuenta la leyenda acerca de este curioso paraje, construyendo el primer puente, que era de madera, en el año 1230 el diablo apareció en el lugar y aceptó su construcción pero con la condición de quedarse con el alma del primero que lo atravesara, una vez acabada la construcción las personas del lugar intentaron engañar al diablo e hicieron que una cabra cruzase la primera el puente, el diablo no se tomó demasiado bien el engaño y enfurecido hizo que una enorme piedra de más de 220 toneladas cayera sobre el puente destrozándolo, esta enorme piedra de roca se puede ver en la actualidad en una rotonda del cercano pueblo de Göschenen, justo en donde empieza el ascenso a la estrecha Garganta de Schöllenen.

Después de aquel episodio con el diablo, el puente fue reconstruido, esta vez en piedra, en el siglo XVI y fue en este lugar donde se libraron cruentas batallas de las Guerras Napoleónicas, este puente por las batallas soportadas quedó seriamente dañado y se acabo de derrumbar con una fuerte tormenta.
En 1820 se construyó un segundo puente, visible hoy día bajo el actual.


En la mitad del siglo XX (1958) se construyó un tercer puente que se usa a día de hoy para soportar el intenso tráfico de la zona, un puente con dos carriles, uno por sentido, aunque la mayoría del tráfico lo soporta el túnel de San Gottardo que discurre muchos metros bajo este lugar.

Empezando a subir por la Garganta Schöllenen.

La carretera se retuerce garganta arriba.

Dibujo en el que vemos el diablo y la cabra, estamos en el Puente del Diablo, Teufelsbrücke.

Vista en el que vemos el Puente del Diablo, el actual, que vemos en la parte superior y el antiguo debajo de este.

Vista del lugar, una bonita garganta, abajo el Río Reuss.

Y bajo todo esto el túnel de San Gotardo.

Visto este curioso paraje seguimos garganta arriba camino de la cercana localidad de Andermatt, una vez allí el siguiente paso era alcanzar la cima del San Gotardo, pero ese camino lo habíamos hecho varias veces durante estos días por lo que decido dar media vuelta y volver a atravesar la Garganta de Schöllenen, esta vez atravesaríamos el San Gotardo por debajo de las montañas, por su famoso túnel.

Llegamos a la rotonda del pueblo de Göschenen donde vemos la enorme roca que el diablo arrojó para destrozar el puente anteriormente comentado, desde esta rotonda sale un enlace a la propia autopista, y unos metros más adelante ya estamos en el inicio del famoso túnel de San Gotardo, decir que este túnel se abrió al tráfico en el año 1980 y durante muchos años fue el túnel de carretera más largo del mundo, en la actualidad es el tercero. Tiene una longitud de 16942 m y tiene dos carriles, uno por sentido, como en el túnel del Mont Blanc la velocidad esta limitada y controlada, y la separación entre vehículos también es controlada, pero a diferencia del túnel francés este no es de peaje, aunque si que es obligatorio llevar a la vista la vignette, que te permite circular libremente por toda la red de autopista suiza, así como por alguna carretera principal donde también se exige.


Pasando el túnel, unos 20 minutos a velocidad legal nos encontramos en la ciudad de Airolo, aunque ya era un poco tarde y como lo habíamos pasado tan bien decidimos subir a tomar un refresco al alto del Paso de San Gotardo, sería la última vez que estaríamos allí y la verdad es que el día así lo pedía. Subimos y nos dedicamos a descansar un rato a orillas del lago que hay en el alto, después de estar un rato sin hacer nada, solo descansar y contemplar el paisaje bajamos de nuevo para Airolo, pero antes paramos en varios puntos para hacer fotos de la enorme cantidad de nieve que había acumulada por allí.

La famosa roca que el diablo arrojó para destrozar el primer puente, una mole de más de 220 toneladas.

Entrada al Túnel de San Gotardo.

Camino por última vez a la cima del Paso San Gotardo.

Enorme cantidad de nieve acumulada en algún punto.

Y por si no lo sabías, BMW F800 good.

Vista del alto del Paso de San Gotardo, podemos ver el hospicio, el museo y varios edificios más.

Alto del Paso de San Gotardo.

Lago, parcialmente helado en esta época del año, un lugar fantástico para descansar un poco.

Túnel que nos encontramos al empezar a descender hacia Airolo, una gran sección del mismo tiene abertura a la izquierda...

Luego esta completamente cerrado.

Descendiendo hacia Airolo, el día se acaba.

Con las últimas luces del día vemos que hay puntos en los que hay enormes paredes de nieve.

Después, nos dirigimos para el hotel a descansar, preparar todo de nuevo porque mañana dejaremos esta hermosa zona alpina.

El día fue espectacular, un día en el que disfruté muchísimo de la conducción, un día intenso en el que vimos muchos lugares espectaculares y vivimos experiencias únicas, un día que nunca olvidaré.

Después de la cena en el hotel, a descansar, mañana será otro día en que de nuevo circularíamos por tres países diferentes.



Continua en la 10º parte, en el siguiente enlace

http://unavidaenmoto.blogspot.com.es/2014/10/2014-los-alpes-en-moto-10-parte.html

2014 - Los Alpes en moto - 8º parte





9º Día - 4 de junio de 2014


FRIESSO - FRIESSO (212 km)

Día de perros.


Como de costumbre, amanecimos bastante temprano, con la ventana de la habitación cerrada me estaba pareciendo oír llover, bueno, no me lo quería creer, de ser cierto la verdad es que bastante buen tiempo hemos pillado para la época del año en la que estamos y donde estamos, después de un rato quería salir de dudas, me levanté, abrí la ventana y efectivamente, el día había amanecido gris y estaba lloviendo, no mucho, pero lo suficiente para saber que hoy sería un día de perros por aquí. Una vez visto el tiempo, la ruta que tenía previsto hacer hoy quedaba anulada, no la quería hacer con el cielo gris, a ver si mañana hay más suerte, nos arriesgaremos. Echo un vistazo al mapa para ver por donde podemos ir hoy, que podemos hacer, siempre hay rutas alternativas por aquí, siempre, lo bueno es que vayas por la carretera que vayas siempre vas a encontrarte con cosas espectaculares que ver, siempre se disfruta.

Así amaneció este día, con este panorama hacer una buena ruta es bobada, te vas a encontrar niebla y no vamos a disfrutar nada del día, plan B, toca esperar un poco para el plan B.

Pensé, al ver que en un rato no paraba de llover, que habría que hacer una ruta más corta, por lo que hoy no había prisa en salir del hotel, así de paso daríamos tiempo a ver si paraba algo de llover, y así fue, al rato la lluvia dio una tregua, pero el cielo seguía cubierto y gris, listo para descargar agua en cualquier momento. Aprovechamos la tregua del tiempo para salir. Al cambiar la ruta la idea era de pasar de nuevo el Paso de San Gotardo, una vez en el otro lado, en vez de girar a la izquierda dirección el Furkapass iríamos dirección contraria, a pasar por el Paso de Oberalp (Oberalppass). Así lo hacemos, una vez más subimos los aproximadamente 15 km que separan Airolo del alto del Paso de San Gotardo cruzamos al otro lado, tras unos 10 km de descenso nos encontramos en el pequeño pueblo de Hospendal donde iríamos a la derecha camino de la localidad de Andermatt, apenas a 2 km, que es donde empieza la subida al Oberalppass.

Descendiendo el Paso de San Gotardo camino del pueblo de Hospendal.

Vista de Hospendal, la carretera que vemos es la que conduce al Furkapass, a ver si mañana hay suerte con el tiempo.

En la ciudad de Andermatt es donde empieza la subida al Paso de Oberalp, son poco más de 10 km que se hacen muy rápido, casi sin darte cuenta estas en la cima, la carretera como veremos en las fotos es de asfalto perfecto, así como sus curvas, bastante rápidas, todo ello hace que te presentes en la cima de este paso muy rápidamente.

Primeras rampas de subida del Paso de Oberalp, rápida subida con curvas de este tipo, un placer.

Vistas del valle donde dejamos el Pueblo de Hospendal, las montañas del fondo son por las que transita el Furkapass.

Alegre subida camino de la cima del Oberalppass, el tiempo seguía respetándonos por aquí.

Carretera que nos lleva a poca distancia de la cima del Oberalppass.

Los trenes en este país los ves por cualquier parte, sin duda, una gran red de ferrocarriles.

Llegamos a la cima del Paso de Oberalp, allí nos encontramos con un lago, a estas alturas del calendario aún parcialmente helado, se llama Lago Tomasee y es el lugar de nacimiento del Río Rin, comentar que este paso de montaña lo cierran en invierno al tráfico rodado, el invierno aquí empieza en octubre y acaba en abril o mayo, no así al ferroviario, los trenes circulan por aquí todo el año.

Lago helado en la cima del Paso de Oberalp, al salir de ese túnel nos encontraremos en la cima.

Alto del Paso, pero lo que no esperaba ver es un faro, habrá sido este lugar puerto alguna vez?.

Ahí estamos, la Expedición Cazurrina al completo.
El agua cae alimentando el Río Rin y el Lago Tomasee que vemos en la cima del Oberalp.

Cima del Oberalp, cielo cubierto, amenaza lluvia, de momento se contiene.

Lago Tomasee, en esta época, helado en la cima del Oberalp, paso que permanece cerrado en los meses de invierno, este día era 4 de junio y solo hay que ver las fotos.

Ahora tocaba descender por el otro lado, hacia el Valle de Tavetsch, al principio con unas cuantas curvas cerradas pero que luego se convierte en una bajada bastante rápida, el siguiente punto donde nos dirigimos es la localidad de Disentis.

Descenso por la otra cara del Oberalp. Te encuentras obras por cualquier carretera, muchas obras.

Arreglan las carreteras que están bien en un excelente trabajo de conservación.

Túneles que han comido literalmente las laderas de las montañas.

No se aprecia bien, pero por el centro de la pantalla, en blanco, vemos a dos llamas alpinas, una de ellas nos escupió cuando pasamos a su lado, pero si no le habíamos hecho nada.

Tavetsch, bonito y tranquilo pueblo suizo en el Valle de que lleva su nombre.

En la localidad de Disentis giraremos a la derecha, la idea es circular por el Valle Medel hacia otro paso alpino, esta vez cruzaríamos el Paso Lucomagno, al ver la señal que indica que este paso esta abierto decido cruzar por aquí. Por esta carretera no tenía previsto circular pero al cambiar los planes por la meteorología era la opción más asequible. La distancia desde Disentis hasta la cima del Paso de Lucomagno es de aproximadamente 20 km, trayecto que lo hacemos a través del ya citado Valle Medel y paralelos al Río Rin de Medel que nace en el alto que vamos a cruzar en breve.

Al llegar a la cima lo que nos encontramos es un gran presa, una presa en el Lago de Sontga Maria, en esta presa nace el Río Rin de Medel que baja valle abajo para unirse al Rin en Disentis. Después de la visita a la presa pasamos un túnel que como en el pasado Paso Oberalp a su salida nos deja prácticamente en el alto del Paso de Lucomagno (Lukmanierpass).

El plan B, como el tiempo amenazaba lluvia, decido regresar a Friesso a través del Paso de Lucomagno que veo que esta abierto, hoy sabía que la ruta no sería larga.

Camino de la cima de este paso por el Valle de Medel.

Casi en la cima del paso encontramos una presa, lugar del nacimiento del Río Rin de Medel.

Presa que regula el caudal de agua del Lago da Sontga Maria.

Cima del Paso de Lucomagno, a partir de allí hasta el hotel en Friesso un día de perros, bajada de este paso con niebla acompañada de lluvia que no nos dejaría hasta el hotel.

Al poco de iniciar la bajada de este paso hacía Biasca el cielo se cerró sobre nuestros cascos, una intensa lluvia nos acompañaría todo el camino de vuelta al hotel, así como una espesa niebla que hizo un poco complicado el descenso hacia la ciudad de Biasca, a unos 35 km, no pudimos disfrutar de las vistas esta vez en la bajada a través del Valle de Santa Maria. Al acabar el lento y peligroso descenso porque la visibilidad era nula nos encontramos casi en la localidad de Biasca, desde allí al hotel, era hora de comer y no estaba como para comer al aíre libre.

Así se veía el día cuando llegamos a comer al hotel.

Después de comer tranquilamente en el hotel, lo que decidimos fue descansar un poco y luego, volver a subir de nuevo a la cima del Paso de San Gotardo, era media tarde y ya estábamos hartos de estar en la habitación, el pueblo de Friesso es muy pequeño, apenas una calle que es la propia carretera, no tiene nada más, por no haber no hay ni una tienda, por lo que mucho que hacer no había, lo que si que había en frente del hotel era un teleférico que te subía a lo alto de la montaña que teníamos en frente donde podías dar un paseo en un entorno natural 100% a orillas de un lago, esta opción por supuesto que con el día así la descartamos, aunque igual no hubiese sido mala idea, igual a la altura donde te llevaba el teleférico estaba despejado. Pero finalmente al ver que la lluvia había dado un tregua y con la escusa de también ir al supermercado nos fuimos de nuevo hacía Airolo y de ahí a la cima del San Gotardo.

Al subir no había mucha niebla, llegamos al alto y paramos en el edificio principal, y muy rápidamente una espesa niebla cayó sobre el lugar, entramos a la tienda, donde también hay un museo con la historia del San Gotardo e hicimos alguna compra de algún recuerdo (pegatinas) y de chocolate, y al ver la dependienta que éramos españoles la agradable dependienta nos hablo muy bien en español le dijimos que mañana sería el último día por esta zona y me dijo que mañana daban mejor tiempo, a ver si es verdad, le expliqué lo que quería ver y nos deseo suerte para el día siguiente con el tiempo.

Tras un rato de conversación con ella descendimos el paso, la próxima parada el supermercado, comentar que aquel descenso hasta Airolo fue una pesadilla, la niebla se cerró muchísimo, incluso dentro del túnel la visibilidad era prácticamente nula, apenas podía circular a 40 km/h intentado seguir las líneas de la carretera, no vimos a nadie en ningún sentido de la marcha. Así, pacientemente, se fue haciendo el camino y finalmente a buena hora y después de este día ya estábamos en el hotel, a descansar que mañana sería otro día, esperemos que mejor.

Por la tarde, hartos de estar en la habitación del hotel subimos a dar un paseo hasta el alto del Paso de San Gotardo, niebla, frío y agua.

Continua en la 9º parte, en el siguiente enlace

http://unavidaenmoto.blogspot.com.es/2014/10/2014-los-alpes-en-moto-9-parte.html